Análisis PlayStation 3 PSP XBox 360

Metal Gear Solid: Peace Walker / Análisis (PSP – 2010, PS3, XBOX 360 – 2012)

Como fan de la saga, me esperaba muchísimo de este juego, y más todavía leyendo muchas críticas de blogs y revistas de las que me suelo fiar que lo ponían de sobresaliente para arriba, con puntuaciones de nueves la mayoría. En cuanto empiezas a jugar, y compruebas que Big Boss no puede caminar arrastrado por el suelo; que los enemigos son igual de burros y ven igual de mal que hace 12 años; que la infiltración no se ha tocado nada y se ha optado por potenciar la vía del combate; que, a pesar de ser muy numerosas, las misiones del juego acaban siendo increíblemente repetitivas; que se mantienen las intros exageradamente largas y que el juego ha metido QTEs en ellas (la burbuja de los QTE), la sensación que te deja este juego es que es el más flojo de la saga «moderna».

Peace Walker es más largo y tiene algunas cosas que mejoran mucho a las dos entregas de Playstation 2 -puedes moverte y disparar al mismo tiempo y controlar la cámara. Si te parece que no tienen importancia jugable estas dos mejoras, ponte el Metal Gear Solid 2 y comprueba por qué ha envejecido tan horriblemente mal-, pero acaba destilando esa sensación de juego que hubiese podido dar más de sí de no verse enfocado al terreno portátil. Alguien, durante la fase de pre-producción, dijo: «vamos a meterle de todo». Lo han hecho: multiplayer, cooperativo, campaña larga, versus online, parte de gestión de la base (a lo XCOM), fases al estilo Monster Hunter y hasta intros con QTEs que se repiten si fallas (sí hijo, sí, se lo han metido). ¿Le ha sentado bien esta mezcla? En mi opinión, no.

Esta imagen pretende ilustrar dos cosas: 1) La "cámara al hombro" que nos permite disparar y movernos a la vez y 2) Que los guardias de la saga Metal Gear no pasan un psicotécnico.

Esta imagen pretende ilustrar dos cosas: 1) La «cámara al hombro» que nos permite disparar y movernos a la vez y 2) Que los guardias de la saga Metal Gear no pasan un psicotécnico.

Peace Walker empieza muy bien, pero se han dado varios pasos atrás en la infiltración. Sigue estando presente la variedad de formas de superar un nivel, como es costumbre en la saga, pero se ha simplificado muchísimo todo. Existe el camuflaje, pero a veces parece que da igual tener un índice alto o bajo, es como si lo único que importase fuera la diferencia entre avanzar de pie o agachado. Además, los guardias son blancos de tiro al pato, y lo único que han hecho para dotarlos del reto suficiente ha sido ponerles una durabilidad altísima y armaduras fuertes. Se dejan vencer cuerpo a cuerpo y su inteligencia artificial es muy mala. Por si fuera poco, los cadáveres desaparecen, Snake no deja huellas al pasar por un sitio y, en general, puedes hacer menos movimientos y juegos con los guardias que en otros Metal Gear. Han optado por una fórmula de + Acción – Infiltración. Quizá se ha podido notar que, al ser pensado como juego portátil, hayan optado porque cada misión no dure más de 15 minutos. El juego se divide en tres apartados:

1. – Misiones principales. Misiones de la campaña principal de Big Boss. Son cortas, pero bastante numerosas, el juego es más largo que los dos de Playstation 2. Son las típicas zonas pequeñas interconectadas, como siempre en la saga, pero pecan de una linealidad muy acusada. Los caminos están abiertos, pero al intentar ir por algunas rutas por las que el juego todavía no quiere que vayamos, aparecerá el típico mensaje de: «esta parte del mapa está fuera del área de la misión, por favor, dé media vuelta». Los escenarios son muy, muy pequeños, y los tiempos de carga entre zona y zona, insufribles.

2. – Gestión de la base. El juego cuenta el nacimiento de Outer Heaven y su asentamiento. Del mismo modo que sucede en XCOM, es una parte fundamental del desarrollo, bastante variada y con sus propios objetivos. Debemos reclutar soldados capturándolos y asignarlos a varios departamentos: Investigación y Desarrollo, Combate, Estación Médica… La parte de I+D es indispensable para que el juego no se nos haga demasiado cuesta arriba, ya que ahí es donde podremos desarrollar las armas y los items equipables, así como mejorar su daño y su capacidad de munición. También hay un pequeño minijuego en el que podemos enviar a un batallón de soldados y tanques a combatir por turnos contra otros batallones, y hasta online contra otros jugadores. Los soldados van mejorando sus capacidades en estas batallas, e incluso podremos desarrollar nuestro propio Metal Gear para combatir en estas batallas.

3. – Misiones secundarias. Son más de 120 misiones en las que podremos, o bien manejar a Big Boss, o bien a algún soldado reclutado anteriormente, que mejorará sus atributos si superamos la fase con él. Es una pena que sólo en la parte final del juego empiecen a aparecer las misiones realmente variadas. Por ejemplo, habrá misiones de fotografía, otras de desarmar a todos los enemigos del nivel apuntándoles con un arma -el clásico «Freeze!»- o algunas de aguantar una posición. El juego abusa muchísimo de misiones de combate contra tanques y helicópteros y de liberar a rehenes. Acaban siendo insoportablemente repetitivas; una pena, porque algunas son realmente originales.

Los tres apartados son indispensables si queremos progresar en el último capítulo del juego, ya que tendremos que tener todos los departamentos de nuestra base bien desarrollados, y, para ello, es necesario reclutar a buenos soldados.

Con respecto a lo audiovisual en general, algunos escenarios son muy pequeños, y las animaciones de los guardias cuando caminan son dignas de la Nintendo 64, siendo generosos. A pesar de estos puntos bajos, el juego se ve muy bien. Me atrevería a decir que sorprendemente bien para ser una PSP. La reedición de Peace Walker en HD ha sido la más favorecida de las tres; no sé si ser el más moderno les ha facilitado las cosas al estudio encargado del lavado de cara, pero lo cierto es que es el juego que ha pegado el salto más largo en la reedición. Las cinemáticas, al igual que en Metal Gear: Portable Ops -de traca que la PSP se haya llevado dos Metal Gear en esta generación y otras plataformas uno o ninguno- son estilo cómic… y esta vez algunas vienen con QTEs.

Un viejo conocido.

Un viejo conocido.

En el juego manejamos a Big Boss, y los acontecimientos suceden 10 años después de Metal Gear Solid 3. A Big Boss se le va notando la edad… no el mal sentido -está hecho un tanque-, sino que se le ve más quemado con el paso de los años, tanto por su falta de palabras como por su tono. Como siempre, los juegos ambientados en la época del mejor soldado de la historia son más convincentes y el hecho de formar una pequeña parte de un conflicto pasado todavía mayor, le sienta mejor al argumento que a los Metal Gear con una historia contemporánea. Sin embargo, en Peace Walker han abusado de los enfrentamientos contra tanques y supermáquinas blindadas andantes pilotadas por inteligencias artificiales. No hay enfrentamientos contra humanos, cada uno con su mecánica, presentación y epicidad, cuando el contexto del juego se presta más a ello. No es que esto esté mal, pero, como decíamos antes, uno llega al final del juego literalmente cansado de estar siempre luchando a misilazos contra una mole de metal, llámese tanque, helicóptero, Metal Gear u oruga metálica gigante que lanza rayos y va cantando (ya… estamos hablando de un Metal Gear, recuerda).

Combates como estos, los que quieras.

Combates como estos, los que quieras.

El argumento es bastante profundo, y más todavía viendo como -presuntamente- va a enlazar directamente con los hechos del próximo Metal Gear Solid V. De todas formas, en algunas ocasiones se zanjan algunas cosas por la vía rápida, y el juego echa de menos más momentazos «Metal Gear» en los que te cuenten cosas interesantes y claves de la historia en medio de alguna fase con algo jugable. El códec se ha dejado a un lado casi del todo, y se ha apostado más por las intros al principio y final de misión. Vamos, que Peace Walker podría haber contado la historia de una forma más entretenida. Otro punto que se ha echado en falta es más humor «made in Kojima». El quinto acto del juego sí que tiene dosis abundantes, pero no es un despiporre de detallazos constante como es Metal Gear Solid 2.

En definitiva, si buscabas en este análisis la respuesta a si Metal gear: Peace Walker es un Metal Gear «pequeñito», mi respuesta sería «Sí», pero también es un Metal Gear largo, muy disfrutable y con un control y combate en general que se merienda a todos los Metal Gear «de sobremesa» menos al cuatro. Más que Metal Gear «pequeñito», es un Metal Gear «ligero», enfocado a los enfrentamientos y más desenfadado y alejado de los juegos de Konami tradicionales, e indispensable si quieres vivir más aventuras de Big Boss, y como aperitivo a la quinta parte. Si eres un fan de la saga, lo vas a disfrutar, y mucho. Si no te gustaron los anteriores, dudo mucho que éste lo vaya a hacer. Otra cosa: mucho se ha dicho que Peace Walker es el mejor juego de la PSP. Si éste fue el mejor juego de todo su catálogo, menuda consola más desaprovechada.

Metal Gear Solid: Peace Walker [2010]
5
Aceptable
Analizado por

vainas

Con un pasado y presente consolero, actualmente disfruta también de las viejas glorias de PC. Un analista implacable que juega a todo lo que se le cruza, da igual el género, puede con todo.

3 Comments

  1. Lechoso dice:

    Excelente análisis compañero. Es triste pero en la mayoría de sagas suele pasar esto, lo de sacar entregas que se merecen un justo aprobado o incluso un suspenso…

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