Boogerman / Análisis (Mega Drive, SNES – 1994)
Todos tenemos la imagen del héroe como una persona más o menos bien parecida, más o menos alta, pero siempre amable, generosa, y muy educada. Pues bien, el protagonista de este juego hace gala de unas cualidades absolutamente contrarias: es burdo, grosero, soez y muy asqueroso. De hecho, va por la vida ejecutando sin cesar una serie de actos fisiológicos no demasiado bien vistos por la sociedad, -aunque no por ello menos naturales-, entre los que se puede destacar tirarse pedos, lanzar escupitajos, eructar o pegar mocos. Toda una joya este Boogerman…
Pero lo mejor de todo es que en el juego todas estas “finezas” vienen reforzadas por unas animaciones y unos efectos sonoros tan realistas, que la primera vez que juguéis os quedaréis de piedra.
Interplay es la compañía que tuvo el suficiente desparpajo como para, partiendo de una idea tan descarada, crear un juego de plataformas y acción realmente original y divertida.
Volviendo a nuestro personaje, Boogerman es un excéntrico millonario que se ha propuesto acabar con la polución que está provocado el malvado Boogermeister, y para ello está dispuesto a realizar todo lo que esté al alcance de su mano… y de otras partes del cuerpo…
El desarrollo del juego combina una equilibrada mezcla de plataformas y acción, con recorridos muy variados, -nada lineales-, con un buen repertorio de enemigos e incluso con una buena serie de fases secretas que permiten ampliar el juego voluntariamente.
Por otra parte, Interplay ha dotado al juego de una estética de comic de humor, exagerando gestos y rasgos, pero con una animación casi perfecta, sobre todo en lo que se refiere a los movimientos del protagonista.
El principal atractivo de este juego (y tiene muchos) es la personalidad de su protagonista. Boogerman es el primer “héroe” que para derrotar a sus enemigos, utiliza pedos eructos, etc… Unos actos, que en principio, podrían parecer desagradables si no fuera porque Interplay ha sabido rodearlos de tanto sentido del humor, que se os escapará más de una sonrisa.
Así pues, no sólo ha sido meritoria la imaginación de los creadores a la hora de escoger un personaje con estas características, sino también el hecho de que hayan sabido plasmar esta original idea con tanta gracia y “buen” gusto.
De la misma forma que Mario tiene que recoger monedas o Sonic anillos, Boogerman deberá recolectar desatascadores de wáter (¿?) para conseguir más vidas. Aparte de otros objetos que nos ayudaran en nuestra aventura.
- Mocos: aumentan los ídem.
- Bote: para mantener los eructos.
- Capa: un “toque” de vida para Booger.
- Frasco: para escupir mejor.
- Fresa: aumenta la fuerza.
La música, en línea general, es divertida, no se hace pesada, y le va al juego que ni pintada.
Jugablemente, el juego se deja jugar con creces gracias a una ajustada dificultad y un imaginativo desarrollo. El título engancha desde el primer momento, pero un mayor número de niveles no hubiera estado de más.
En definitiva, si hubiera que premiar las ideas más originales e innovadoras, Interplay se llevaría la palma. Recoger un género tan poco propenso a los cambios como las plataformas/acción y realizar un juego tan cachondo como Boogerman es todo un logro.
La estética, el desarrollo, el argumento, el protagonista, todo, absolutamente todo desborda originalidad y frescura por los cuatro costados.
Si además le añadimos que la realización técnica es impecable, queda todo dicho.
Boogerman puede ser considerado como uno de los títulos más originales de la historia de los videojuegos.
No tenía ni idea de su existencia… me asalta la duda de si al final este héroe «se llevará a la chica» en caso de haberla.
No, no hay chica en este juego, ¿que mujer saldría con un maleducado que se la vive escupiendo, tirándose pedos, eructando, y sacándose los mocos?.
Una aclaración, el ítem del vegetal rojo no es una fresa, en otros sitios web dice que es una zanahoria pero tambien están errados, es un chile, ají, putaparió, o como le quieran decir al pimiento picante, por eso caga fuego cuando lo come y esos pedos de fuego le permiten volar.