Call of Duty: Roads to Victory / Análisis (PSP – 2006)

Tras la aparición en PSP de las respectivas entregas de la saga Medal of Honor y Brothers in Arms, le llegaba el turno a Call of Duty en el 2006 con este «Roads to Victory» de la mano del estudio Amaze Entertainment, empresa a la que Activision encargó el desarrollo.

Jamás me había creído el mito de los zombies en un Call of Duty, ¿Pero cómo se le llama entonces al respawn de enemigos en un cementerio?

El modo campaña de Roads to Victory se centra en el año 1944, concretamente en  la liberación de París. La partida para un jugador se divide en tres campañas en las que cronológicamente tomamos el control de los Estadounidenses, Canadienses y Británicos, contando cada una con 7, 4 y 3 misiones respectivamente; algo realmente escaso que podremos completar en unas 6 horas en su nivel de dificultad intermedio. Todos sabemos que la saga Call of Duty se caracteriza por la espectacularidad, pero también por la linealidad y acontecimientos basados en scripts que en este caso se han llevado al extremo por las limitaciones técnicas de la portátil de Sony. No desplazaremos con el stick analógico en las 4 direcciones y miraremos utilizando los botones (X, triángulo, círculo y cuadrado) de la derecha. Con el gatillo izquierdo apuntaremos con más precisión o haremos zoom y con el derecho dispararemos, mientras que con la cruceta podremos agacharnos, tumbarnos, lanzar granadas, recargar y cambiar de arma (solamente podremos llevar dos al mismo tiempo). El control es bastante impreciso y se hace bastante difícil apuntar a pesar de que el juego apunta automáticamente a enemigos cercanos mientras portamos armas de corta o media distancia como ametralladoras o escopetas y a enemigos más lejanos si llevamos armas de larga distancia como rifles. Podremos recoger todas las armas que nos encontremos por el camino para cambiarlas por las nuestras. La variedad de armas no está nada mal, pero se manejan más o menos todas del mismo modo. Juegos como éste son los que siempre han pedido a gritos un segundo stick analógico para PSP.

Los objetivos no serán demasiado variados: Limpiar bunkers y destrozar cañones antiaéreos.

El modo campaña es realmente corto tal y como comentaba, pudiendo terminarse en una sola sentada, por lo que esperamos que a nadie se le haya ocurrido gastarse un dineral en él en su día. Según avanzamos en las misiones, iremos desbloqueando extras como fichas de vehículos, armas o bocetos que realmente no aportan nada, pues podemos consultar dicha información en internet y de un modo más extenso. El modo multijugador incluye los modos Deathmatch, Deathmatch por equipos, Capturar la bandera, Defender la bandera, Rey de la colina y Rey de la colina por equipos. Es algo aparentemente completo, pero debido a las dificultades que siempre ha habido para encontrar partidas online, resulta totalmente prescindible; unos bots no hubiesen estado nada mal.

Boom, pañon, pañon, boom, pín, pín, baaaam, booom.

Jugablemente, el juego se basa en scripts y en entornos muy cerrados y, dado que no podemos saltar, el entorno en el que nos movemos se verá limitado por simples bordillos, perdiendo toda posible sensación de libertad y evitando toda posible acción táctica o estratégica por nuestra parte, llevando el concepto de «mata mata» al extremo. Señores consoleros que en su día criticaban a los supuestos «mata mata» del PC y ahora defienden a los Call of Duty… ¿Qué habéis conseguido? Lo dejo ahí. Destacar un momento en el que me pasé del «script point» y me encontré con un temible Tiger alemán que permaneció impasible hasta que eliminé a un enemigo que me había dejado atrás. También hace acto de presencia continuamente el fenómeno «respawn», es decir, que los enemigos no dejarán de manar de cualquier parte mientras no llevemos a cabo determinadas acciones; en ocasiones se me han aparecido de la nada delante de mis narices… invito a Íker Jiménez a que pruebe el juego. Los  espacios interiores son muy pobres gráficamente y las texturas son en general tirando a pobres, siendo solamente destacable el trabajo realizado con las animaciones y la resolución de 2 o 3 misiones, concretamente en una en la que manejaremos diferentes torretas de un avión; de lo mejor del juego y que además aporta algo de la variedad que tanto necesita. La inteligencia artificial del juego no scriptada requeriría un análisis a parte, pues no será raro toparnos de frente con varios soldados enemigos totalmente estáticos esperando a recibir su ración de plomo.

La mira telescópica, al menos, está bastante chula.

En el campo de la música y del doblaje sí se ha realizado un gran trabajo, a pesar de que las voces nos sonarán demasiado, pues son las mismas del resto de la saga, abusando un poco de la voz del capitán Price de los Modern Warfare, que todavía no habían salido a la venta. La música, sin contener temas apoteosicos o destacables, también se acopla muy bien a la acción.

Como juego de PSP el juego recibiría un aprobado muy justo, pero como juego en general, me parece que francamente tiene aspectos imperdonables. Si una plataforma no se presta a determinado tipo de juegos o no sabes cómo resolver ciertos aspectos, no los hagas.