Colin McRae Rally 04: Análisis
Las consolas de nueva generación disfrutan de su cuarto Colin McRae Rally desde hace medio año. A nosotros nos ha tocado esperara. Hacernos ilusiones. Preguntarnos cómo sería nuestra versión, qué mejoras aportaría. Pues bien, se acabó la incertidumbre: la cuarta entrega de la serie de rallies virtuales más reputada ya está entre nosotros.
Ya iba siendo hora. Casi medio año ha pasado desde la aparición de CMR4 para PS2 y Xbox. ¿Por qué el juego ha tardado tanto en pisar nuestras inmaculadas tarjetas gráficas, ávidas de polvorientos polígonos? ¿Tal vez porque las mejoras para el juego de PC son tan profundas que no se ha podido hacer más rápido? ¿Quizá porque va a incluir un amplio surtido de opciones extra la mar de innovadoras? ¿Nos espera un juego distinto, una exclusiva para compatibles que deja en simple broma lo que ya vimos en consolas?
Pues no. Nada de juego nuevo: es exactamente el mismo. No te vamos a engañar: los desarrolladores parecen haber dedicado gran parte de ese tiempo a tomar café y atiborrarse de pasteles. Las diferencias entre este juego y el de consolas son pocas, las justas. Bien, intentaremos ser algo más concretos: hay una, la posibilidad de disfrutar del modo multijugador a través del Internet y LAN.
Claro que todo esto no suena tan mal si tenemos en cuenta que la versión consolera ya era prácticamente perfecta y que no había gran cosa que mejorar. Gráficos, sonidos, traducción de los comentarios del copiloto, diseño, nivel de detalle de las texturas, suavidad del control… Todo, absolutamente todo en CMR4 roza la perfección.
Paga y corre
Tal vez todavía recuerdes la adaptación a PC de CMR3, llena de trampas para hacerte sudar la gota gorda. Pues bien, en CMR4 ya no te topas con rocas puestas ahí con toda la mala fe para que te estampes contra ella tras superar un montículo sin apenas espacio para frenar. Ni te encontrarás con desvíos que ni notarás hasta que hayas dejado el capó incrustado en un árbol.
CMR4 es más coherente y realista, no tan rebuscado. Incluso el nivel de dificultad se ha suavizado ostensiblemente, ajustando un poco la jugabilidad para que no tengas que repetir cada dichosa prueba cientos de veces hasta conseguir el mejor tiempo. También se han mejorado los comentarios del copiloto, que en CMR3 parecían los de un robot y que, para colmo, solían hacerse oír demasiado tarde como para reaccionar a cada obstáculo adecuadamente.
Pero la diferencia más notable es el aspecto de los gráficos, mucho mejores que en la anterior entrega. Sin embargo, había algo en CMR3 que aquí se echa de menos. Y mucho. Se trata de la posibilidad de ajustar el juego a la potencia de tu ordenador. En la anterior entrega de la serie, si los gráficos daban pequeños saltos, bajabas un poco el nivel de detalles y un par de opcióncillas y todo discurriría por tu pantalla como la seda. En CMR4, lo pongas todo al máximo o lo pongas todo al mínimo, el ordenador responde prácticamente igual.
En fin, un ejemplo de cómo no deben ser las opciones gráficas de un juego. Cambies lo que cambies (a excepción de la resolución en pantalla, claro), todo se ve muy similar. Y funciona igual, encima. ¿Que con todas las opciones al máximo el juego te da saltos que dificultan la conducción? Pues déjalo como está, porque si bajas todas las opciones, tendrás exactamente el mismo problema. ¿Solución? Cómprate la tarjeta gráfica y procesador recomendado. No hay más salida.
Vamos, que lo que al final tenemos entre manos es un clon exacto del juego de consola. Y las opciones de configuración gráfica ofrecen texturas que se corresponden a las de la versión Xbox en el nivel alto y a las de PS2 en el nivel bajo. Perfecto, no podemos quejarnos: es un juegazo con todas las de la ley. Pero no acabamos de entender por qué se ha tardado medio año en hacer la conversión.
El juego
Por lo demás, el juego ofrece mucho. Y casi todo bueno. No lo dudes, el nuevo Colin McRae es una gozada. Más, aunque parezca extraño, por el hecho de no ser oficial. Gracias a no contar con la licencia del World Rally Championship, como ya sucedía en CMR3, esta nueva entrega se permite el lujo de llevarte a competir por países que a Carlos Sainz seguramente ni le suenan: que si el Rally de Estados Unidos, que si el Rally de Japón… Y así, hasta un total de ocho, con 48 etapas en total compuestas por nada menos que 34 clases distintas de terreno (para los que habrás de elegir entre 19 tipos de neumáticos, que se dice pronto).
La libertad de los desarrolladores a la hora de dar forma al juego ha sido total, y la han usado bien: tramos brillantes, aunque no sean reales, en países reales, aunque no sean sedes de pruebas del verdadero WRC. Y con coches tan reales como no oficiales: están los que Codemasters ha querido que estén. Y claro esto incluye algunas de las joyas más deseadas por los aficionados al género desde el principio de los tiempos de la combustión de cuatro tiempos: el asquerosamente potente Quattro de Audi, el mítico Lancia Delta… Obscenamente preciosos. Además, a diferencia de CMR3, esta vez no tendrás por qué pilotar un mismo coche durante todo el juego la primera vez que te lo pases, sino que tendrás varios modelos entre los que elegir en cada categoría y modo de juego.
No obstante, debes pilotar duro para disfrutar de las joyas más potentes. Al principio sólo tienes acceso a unos pocos coches en las modalidades de tracción a las ruedas delanteras y a las cuatro ruedas (campeonatos diferentes); del mismo modo, debes ir completando pruebas para acceder a nuevos tramos. Así, para poder disfrutar de los más enrevesados tramos de Rally de Catalunya con un magnífico Audi de chorrocientos caballos, primero tienes que sudar la gota gorda con un humilde Citroën en los campeonatos menores. Lo de siempre, sí, pero con la diferencia de que aquí los premios a desbloquear son apetecibles de verdad: circuitos nuevos, coches nuevos y, la gran novedad, las nuevas piezas que probar.
Novedades mecánicas
Esto de desbloquear las piezas disponibles para la preparación del coche ya apareció como novedad en CMR3, pero en CMR4, además, puedes probarlas. Durante los campeonatos, cuentas con una serie de tramos extra en los que probar los componentes de tu vehículo para optimizar después su funcionamiento durante las carreras normales. Así, si en la prueba del test de amortiguadores consigues cargarte los muelles en un tiempo determinado, tu equipo de mecánicos aprende a calibrarlos mejor de cara a las etapas siguientes, y habrás ganado un kit de amortiguación nuevo (más resistente y fiable que el que tenías por defecto).
El mismo sistema se sigue para adquirir nuevos neumáticos, turbos, motores, etc. Eso sí, sólo dispones de un par de oportunidades para conseguir estas mejoras para tu coche. Si no puedes hacerlo, tienes que continuar apañándotelas con las piezas con las que empiezas por defecto. ¡Si quieres tunear el coche, vas a tener que currártelo!
No deja de ser una gran idea, y muy original, aunque (siendo sinceros) lo cierto es que no resulta necesario mejorar gran cosa. Teniendo algo de cuidado con la salud mecánica de tu buga, puedes ganar la mayoría de las etapas del juego sin grandes dificultades. Siempre que no subas la dificultad del juego ni apures demasiado las posibilidades del coche durante la carrera, claro, porque, eso sí, en cuanto te la pegas un par de veces, tienes que arrastrar las deficiencias del motor durante el resto de etapas hasta terminar el Rally en el que estés en ese momento.
Ya sabes cómo va esto. Cárgate la caja de cambio y verás cómo el dichoso coche tarda unos cinco segundos en meter primera con éxito después de chocar. O cómo pasa directamente de la segunda a la cuarta marcha sin pasar por la tercera. Desvencija un poco el motor, y observarás atónito cómo se sobrerrevoluciona sin alcanzar la velocidad de antes. Revienta una rueda y… Bueno, seguro que te haces una idea.
Aun así, por suerte, Codemasters ha rebajado un poco el nivel de dificultad. La nueva edición resulta más asequible para los jugadores neófitos sin por ello llegar a ser aburrido o «demasiado fácil» para los expertos conductores que se graduaron con nota en el exigente CMR3. En todo caso, tanto si eres un experto conductor como si no, tus adversarios virtuales no te lo pondrán nada fácil antes de llegar a la mitad del juego, ya que la IA se ajusta en cierta medida al nivel de destreza del jugador y a sus tiempos parciales.
Como la vida misma
Vale, es verdad que no todos podemos permitirnos el lujo de comprarnos un cochazo WRC e ir por ahí haciendo el memo, pero si pudiéramos, la vida real nos parecería idéntica a CMR4. Y es que las mejoras, tanto en la física del juego como en los gráficos, hacen de CMR4 una experiencia prácticamente real.
Ahora la suspensión de cada rueda es independiente, lo que confiere una sensación de adrenalina más ajustada a la realidad y te puede llevar a toda suerte de altercados en cuanto te metas un poco en una zanja o una rueda patine sobre la hierba a un lado de la pista. Los tipos de tracción (delantera o total) también ofrecen una respuesta más diferenciada y el funcionamiento de los coches se ha retocado hasta el punto de permitir al jugador que «note» qué vehículo está conduciendo sin necesidad de estar viéndolo. Todos son radicalmente distintos en cuanto a peso, potencia, tracción, tiempo de respuesta, velocidad máxima, aceleración…
Los efectos de luz, los reflejos sobre la carrocería o las nubes de polvo y gravilla que levantas con los neumáticos también gozan de un aspecto la mar de saludable, con las gotas de lluvia sobre el parabrisas con la cámara interior del coche o incluso el modo en que árboles y hierbas se mesen suavemente con el aire. Todo, absolutamente todo en CMR4, está cuidado al detalle.
Colin McRae Rally 04 es un juegazo como la copa de un Renault 5 Turbo. Si tienes un PC capaz de moverlo con éxito (para saberlo, mira sólo el hardware recomendado, ignora los requisitos mínimos) y no te importa demasiado que la única diferencia respecto a las versiones consoleras sea el juego vía LAN o Internet, encontrarás la felicidad aquí. Colin McRae Rally 04 es impúdicamente perfecto. Sólo tienes que ver las imágenes que acompañan a estas letras y hacerte a la idea de que jugarlo es todavía mejor.
Desbloquéalo todo
Una cosa lleva a la otra. Conseguir mejores piezas en los test te permitirá ganar carreras, ganar carreras te llevará a ganar campeonatos y estos te permitirán acceder a los coches especiales. Algo así como un dominio.
A medida que ganes nuevas piezas en los test, observarás un rendimiento muy superior. Pero para conseguir los coches especiales, deberás ganar los campeonatos normales. Lo que te llevará a experimentar la felicidad absoluta al volante de viejas glorias como ésta.
Austeridad eficiente
Los menús de juego son en esta ocasión más austeros que en CMR3 (que tampoco era el colmo de la policromía), pero la mar de funciones. No pierdas detalle, porque todas las opciones e informaciones que verás en ellos resultan de utilidad. Si aprendes a tener en cuenta detalles como el porcentaje de los tipos de terreno, la cantidad de luz o la longitud de las marchas según la abundancia de rectas, conseguirás arañar unos segundos al reloj que te vendrán de perlas en la clasificación final de cada etapa.
Los tipos de terreno que encontrarás en cada país son radicalmente distintos. Presta atención a las medidas de terreno, luz, dificultad, etc. Son datos fundamentales. Enseguida comprobarás que una configuración mecánica adecuada es esencial.
FICHA TÉCNICA
- Requisitos: Procesador mínimo exigido PIII 750 MHz, procesador recomendado PIV 1,4 GHz. Memoria RAM mínima de 256 MB, memoria RAM recomendada de 512 MB. Tarjeta gráfica mínima de 32 MB, tarjeta gráfica recomendada de 64 MB.
- Multijugador: Un mismo PC 4, LAN 8 e Internet 8.
- Idioma: Textos en pantalla y voces en español.
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