Dishonored / Análisis (PC, XBox360, PS3 – 2012)
Aunque tengo Dishonored en mi estantería desde su fecha de salida, no había tenido la oportunidad de terminarlo hasta hoy; o quizás sí, pero no era el momento adecuado para disfrutar de esta gran obra en la que tantas esperanzas había depositado. Lo admito, soy fan de Thief (sobre todo de los 2 primeros) y este análisis estará plagado de referencias a Thief aunque, sin embargo, lo bueno de Dishonored es que no es Thief.
Un poco de Historia
Cuando Ion Storm se disolvió tras adaptar las sagas Deus Ex y Thief al mundo de las consolas con sendas entregas denominadas respectivamente Thief 3: Deadly Shadows y DeusEx 2: Invisible War, los componentes del equipo fueron a parar a diversos equipos de desarrollo, entre ellos Arkane Studios, desarrolladores del notable ARX: Fatalis y del sobresaliente Dark Messiah of Might and Magic. Ambos títulos tenían puntos en común con Thief, como puede ser el excepcional manejo de la espada y el alto componente de interacción con el entorno. Los 2 juegos se publicaron teniendo en cuenta que el PC sería su principal mercado, desviándose del camino que la ya extinta Ion Storm había tomado.
Entre que ahora casi todos los grandes títulos son multiplataforma, que el público mayoritario de consolas no acepta cierta complejidad jugable y que un mando no es siempre la opción más adecuada para juegos en primera persona con cierta libertad, resulta que aún a día de hoy parece imposible recuperar la jugabilidad y extensión de títulos de finales de los 90 como Thief: The Dark Project. La prueba viviente es que el nuevo Thief publicado a comienzos del 2014 no alcanza ni de lejos el nivel de sus predecesores salvo, eso sí, en el apartado visual. Otra prueba es que Dark Messiah of Might and Magic fue en su día juego del año para PC en múltiples revistas especializadas y sin embargo pasó totalmente desapercibido en consola cuando se realizó la conversión.
Acerca de Dishonored
Después de que Eidos Montreal nos trajera de vuelta la saga Deus Ex con el sobresaliente Deus Ex: Human Revolution, suponíamos que le tocaría el turno a Thief, pero algo se coló en medio, un producto de Arkane Studios denominado Dishonored que tomaba como referencia tanto a los anteriores juegos desarrollados por la compañía como al clásico Thief. Pero… ¡Oh! ¡Dios mío! ¿Es que el último bastión del PC ha caído? ¿Qué habrán hecho estos chicos con un producto multiplataforma en estrecha colaboración con Bethesda? Pues no, resulta que lo han hecho bien, resulta que a pesar de que el título no nos presenta las grandezas de las primeras dos entregas de Thief, Dishonored es un juego fresco, con una buena jugabilidad igual de bien adaptada al PC que a la consola y que además abre las puertas a que sea tomado como referencia para futuros productos, acostumbrando a los jugadores de consola a explorar, pensar, investigar, avanzar, probar nuevas estrategias y mucho más. Si en Thief había casi infinitas combinaciones para llevar a cabo una tarea, aquí tendremos unas 3 o 4, pero salvo que nos paremos a pensar en cómo está programado Dishonored, nos sumergiremos en una de las mejores experiencias de los últimos años.
Trama
Durante todo el juego veremos todo en primera persona, siendo así como se nos cuenta toda la historia, sin cinemáticas ni añadidos; es decir, a lo Half-Life. Dunwall es una gran ciudad costera que atraviesa momentos difíciles debido a que una peste transmitida mediante las ratas azota a sus habitantes, matando a casi un tercio de la población. Aunque la burguesía parece menos afectada por razones obvias, la peste causa estragos en la ciudad y, tomando el papel de Corvo Attano, nos encontraremos volviendo de vuelta de un viaje al extranjero al que hemos ido como emisario para obtener ayuda e información para terminar con este gran mal. Somos el defensor real de la Emperatriz y de su hija Emily, pero en la introducción, la emperatriz será asesinada y lo que es peor, seremos acusados injustamente de su asesinado y encarcelados en la prisión de Coldrige, de la que deberemos escapar recibiendo ayuda de unos extraños personajes a los que se hará referencia como «los conspiradores«.
Dunwall es una ciudad ficticia ideada por la misma persona que en su día creó Ciudad 17 para Half-Life 2. Su economía e industria se base en el comercio de aceite de ballena, siendo una gran parte del proletariado pescadores que se embarcan en grandes viajes para capturar a estos grandes animales mediante brutales y novedosas técnicas que iremos viendo a lo largo del juego si nos paramos a leer los documentos que nos vamos encontrando. Dishonored tiene una clara estética SteamPunk, es decir, una representación de la arquitectura victoriana típica del norte de Europa durante el siglo XIX en la que la revolución industrial se desarrolla de un modo alternativo a la realidad, existiendo máquinas y aparatos de lo más bizarro como cámaras de seguridad, elementos típicos de la actual era de la computación, torres de defensa basadas en electricidad, novedosos dispositivos de iluminación, complejos sistemas de reproducción de sonido, robots de apoyo e incluso modificaciones del cuerpo humano que aún a día de hoy no existen. Es como si los extravagantes experimentos de Tesla se hubiesen llevado a cabo en esta realidad que Arkane nos plantea.
El principal inventor de todas estas tecnologías presentes en Dunwall se llama Sokolov, que a parte de ser un gran pintor (si robáis sus cuadros obtendréis una gran suma de dinero), es especialista en diferentes áreas como la ingeniería industrial, naval e incluso la medicina. Todos en Dunwall utilizan su tecnología, desde la guardia urbana, que utiliza unos enormes zancudos sobre los que van guardias que serán capaces de detectarnos y atacarnos desde grandes distancias, hasta los barcos balleneros. Todos los aparatos que funcionan con electricidad se alimentan mediante unos barriles de aceite cuya ubicación podremos encontrar, de modo que pocas son las barreras para Corvo a la hora de infiltrarse en donde no debe.
Jugabilidad
Tras el asesinado de la emperatriz, su hija Emily es secuetrada y un nuevo regente toma el control de la ciudad. Deberemos realizar una serie de misiones que los conspiradores nos irán dando para restablecer el orden en Dunwall y coronar a Emily como emperatriz con un nuevo regente. Tanto la guardia urbana como su élite, los Decanos, estarán en nuestra contra. Piero, un inventor de la zona que está del bando de los conspiradores, fabricará una máscara para nosotros que nos proporcionará mejoras visuales (como la posibilidad de hacer zoom) y además, irá mejorando y creando nuevas tecnologías según le vayamos entregando diversos planos que iremos encontrando por los niveles del juego. A pesar de que Piero forma parte de los conspiradores, parece ser consciente de que somos una nueva versión de amigo informático pero en asesino, por lo que nos pedirá dinero por cada cosa que le compremos, ya que él tampoco parece ser el amigo inventor de los conspiradores.
El único modo de conseguir dinero en Dishonored es robando, por lo que actuando como amigos de lo ajeno deberemos robar las carteras a los burgueses desprevenidos, entrar en casas de gente adinerada o mangar la calderilla de las personas que pertenecen a la escala más baja de Dunwall..
Aunque podemos hacer uso de brutales técnicas de combate, Dishonored es claramente un juego orientado al sigilo. Las misiones que deberemos realizar consistirán casi siempre en eliminar a un objetivo que se encuentra atrincherado en una zona protegida por una gran cantidad de guardias, aunque en otras ocasiones deberemos secuestrar a alguien o realizar misiones secundarias que nos irán apareciendo a medida que realizamos las misiones. Dichas misiones secundarias son optativas, pero diría que si te gusta el juego, es casi obligatorio realizarlas puesto que, a diferencia de juegos como Assassins Creed, son bastante entretenidas. No tendremos que recuperar cierto número de objetos o matar a cierto número de personas de un determinado tipo, sino que cada misión secundaria ha sido diseñada individualmente con sus propios personajes y localizaciones para que resulten verdaderamente un gran aliciente y no un sencillo añadido que podría sobrar. Decir también que dichas misiones podrán cambiar el rumbo de la historia y que además deberemos tomar diversas decisiones durante el juego que podrán cambiar tanto el final como ciertos objetivos de sucesivas misiones, aunque cierto es también que estas decisiones no serán demasiado trascendentales.
Es posible terminarse Dishonored sin matar a nadie, y es que aunque nuestro objetivo sea matar a alguien, siempre habrá métodos alternativos no letales para borrarlos del mapa. Además, aunque los mapas de Dishonored no son tan grandes como los de Thief, dispondremos de varias rutas por las que llegar a nuestro objetivo. No sentiremos la sensación de que existe un camino y que además hay otro alternativo como sí ocurría en Deus Ex: Human Revolution o en el reciente Thief; aquí sentiremos que somos nosotros los que realmente guiamos nuestros pasos y no los de otro. Recuerdo que en Thief no existía el concepto de «sitio accesible» y «sitio no accesible», pero en Dishonored sí existe, limitando un poco nuestros pasos pero no enturbiando el resultado final.
Mediante una tecla o botón del mando podremos entrar en modo sigilo, desplazándonos de un modo más lento y silencioso pero siendo menos visibles a ojos de los enemigos. De este modo podremos posicionarnos detrás de los guardias y dejarlos inconscientes para posteriormente coger sus cuerpos y esconderlos en donde queramos, por ejemplo, un oscuro rincón o en el contenedor más cercano. Este método combinado con los dardos anestésicos que podremos lanzar mediante nuestra ballesta es imprescindible si queremos tener una actitud no letal durante nuestra partida. También tendremos una espada y un revólver, pero a parte de asesinar a nuestra víctima, haremos un ruido innecesario que alertará a los guardias de alrededor. Dispondremos también de diferentes tipos de munición para nuestro revólver y ballesta, granadas y trampas para colocar en el suelo que se activarán cuando alguien pase cerca, pero al igual que con el revólver, causarán demasiado ruido.
Podremos adquirir mejoras para todas estas armas entre misión y misión, pero resulta que casi todas están orientadas al asesinato, siendo este uno de los puntos negros del juego. El manejo de la espada se agradece y, aunque es algo diferente al de Thief, está igual de trabajado. En todo momento sentiremos que las espadas de nuestros enemigos y la nuestra son elementos independientes, debiendo fijarnos en su posición y en el tipo de movimiento que realizarán para poder bloquear sus ataques, siendo nuestra perspectiva y la posición de nuestra espada con respecto a la del enemigo algo muy a tener en cuenta durante los combates. Además podremos rematar a nuestros enemigos cuando estén en el suelo, encadenar ejecuciones brutales por la espalda o realizar ataques especiales mientras caemos encima de nuestros enemigos.
Mientras que con una mano sujetamos nuestra espada, podremos llevar equipado nuestro revólver o ballesta en la otra, abriendo un gran abanico de posibilidades. Aunque todo esto se nos presente como libertad, resulta que en Dishonored seremos penalizados si entramos en combate directo o si matamos a los guardias e incluso a bandidos con la escusa de que a mayor número de cadáveres, más ratas y más peste habrá, obteniendo así un final alternativo que será el «final malo» del juego. Es comprensible en el caso de los guardias, pero no en el de los bandidos o infligidos, personas que han perdido la cabeza por la peste y actúan de un modo similar a un zombie. Hubiese estado bien incluir a enemigos contra los que poder luchar sin ser penalizados, porque tal y como está pensado el juego, si lo hacemos todo sigilosamente no estrenaremos ni el 70% de nuestras armas y habilidades y si vamos a saco, el juego nos durará 2 o 3 horas y la experiencia de juego no es que vaya ser muy buena.
En el equilibrio está el buen gusto, por lo que Dishonored es a la vez un juego de sigilo con pocas posibilidades en el que siempre repetiremos las mismas 4 o 5 cosas y un juego de acción que no podremos disfrutar. Me gustaría que en sucesivas entregas incluyan misiones en las que de vez en cuando podamos entrar en combate directo sin consecuencias aunque la mayor parte del juego intentemos pasar desapercibidos.
Los enemigos disponen de una inteligencia artificial que cumple muy bien su cometido. Quizás tengan un poco de miopía, pero en caso de vernos se agruparán, se organizarán, nos perseguirán y nos acorralarán sin cesar, mostrando una actuación muy buena en todo momento, muchísimo mejor que la media de los juegos actuales salvo, como digo, por sus problemas de visión (que mejoran si jugamos en difícil). Cuando escuchen algún ruido o vean algo extraño, un icono aparecerá encima de su cabeza, siendo éste el momento de escondernos antes de que vengan a inspeccionar si pasa algo. Otra cosa que me ha gustado es que se comunican entre ellos, manteniendo conversaciones del día a día en la ciudad, mostrando una actitud muy humana y creíble, herencia nuevamente de Thief.
El Forastero
El Forastero es un misterioso personaje que se nos aparecerá no se muy bien si en sueños o cuando Corvo se fuma un porro, pero lo importante es que nos dará ciertos poderes que podremos adquirir y mejorar a base de unas runas que nos iremos encontrando. Además nos da un objeto con forma de corazón mecánico que permite leer las mentes de la gente, darnos información del lugar en que nos encontramos e indicarnos la localización tanto de las runas como de los talismanes de hueso de los que hablaré más tarde.
El forastero es sinónimo de herejía en Dunwall, pero quizás sea porque solamente unos pocos son elegidos por él para utilizar sus poderes y los demás sienten envidia. Es un personaje misterioso, carismático y del que poco se sabe aparte de las leyendas que se cuentan. Gracias a sus poderes podremos incrementar nuestra velocidad y agilidad, teletransportarnos unos metros instantáneamente, ralentizar el tiempo, invocar a un grupo de ratas asesinas o ver en la oscuridad y a través de las paredes. Sin embargo la habilidad más destacada es la posibilidad de poseer a nuestros enemigos, a civiles e incluso a perros, ratas y peces por un corto periodo de tiempo, pudiendo meternos por pequeños conductos de difícil acceso con nuestro tamaño natural, pudiendo así infiltrarnos en cada zona de muchísimas formas. La posesión de personas es limitada, por lo que solamente podremos desplazarnos, coger objetos y abrir puertas. Lamentablemente no disfrutaremos de las habilidades orientadas al asesinato, como la de lanzar a nuestros enemigos a distancia o convertirlos enceniza tras matarlos por lo mencionado anteriormente.
Hacer uso de los poderes del forastero nos costará maná, que recuperaremos con elixires espirituales. Lo mismo con la salud, que aumentará o bien con el tiempo o bien al instante si utilizamos elixires de curación o ingerimos los alimentos que nos vamos encontrando. Es más, podemos llegar a comeros auténticas asquerosidades, que nos darán vida igualmente.
También habrá repartidos por cada nivel una serie de talismanes que podremos equiparnos hasta un máximo de 6. Dichos talismanes pueden proporcionarnos más resistencia, aumentar nuestra salud o maná al matar enemigos, hacernos más silenciosos y muchas otras cosas.
Misiones
Las misiones son solamente 9, pero si jugamos el juego como debe ser jugado (pues como he dicho, el sigilo es más una obligación que una elección), su duración supera con creces la media de juegos actuales. Además las misiones son largas y disponen siempre de interesantes objetivos secundarios. Aún así, el juego se hace un poco corto si lo comparamos con Thief, el juego de referencia. Dejo al jugador que descubra las misiones de Dishonored por sí mismo, que ya he contado demasiado.
Gráficos, Sonido y Versiones
La mejor versión es obviamente la de PC, siendo el combo de teclado y ratón el mejor modo de controlar a Corvo, aunque el trabajo realizado para consolas ha sido también excelente, por lo que no os echéis par atrás si disponéis de la versión de XBox o de PS3. Los gráficos no son importantes en este tipo de juegos, pero no os esperéis unas texturas de alta resolución ni unos efectos de la leche. El Unreal Engine 3 ha sido muy bien adaptado para la ocasión, pero aunque Dishonored es un juego muy bonito y vistoso, los gráficos no son su principal baza.
Los efectos de sonidos son buenos, así como los sonidos ambientales y la banda sonora, mereciendo una mención especial el excelente doblaje al castellano tanto a nivel de traducción como de diálogos.
Conclusión
Concluyo con que Dishonored es un gran juego, notable en algunos aspectos y sobresaliente en otros, que ha sabido adaptar de un buen modo el mejor sigilo del PC a una generación de consolas y que si no lo habéis jugado aún, dejad de lado vuestra enésima entrega Call of Duty y hacedlo.
Muy buen análisis. Pues lo tengo con unas 3 horas, me lo terminaré seguro este año, a ver si saco tiempo.
El juego está muy bien, estoy de acuerdo en todo lo que has comentado. Has dejado caer que empieza algo flojo pero que mejora conforme llegas al final, ¿es así? Para mí los gráficos sí son buenos, ojo, quizá no sean lo mejor a nivel técnico, pero todo es muy bonito y el diseño es de 10. Como veo que has ido por la vía del sigilo… quizá ahora empiece a matar a todos para ver si cambia mucho el juego cuando lo comentemos. XD
A mí lo que más me gustó hasta ahora fue que todas las cosillas que podías hacer funcionaban correctamente, Por ejemplo, juguetear con los guardias está bien, el combate mola, desplazarse con los poderes funciona, los NPCs están bien… En lo que jugué, me cuesta pensar en algo que diga «esto, esto no funciona bien».
Ya está en desarrollo su continuación, por cierto. Ha vendido bien, es para estar alegres.
No me he querido meter en si mejora o no hacia el final, porque aunque para mí personalmente lo haga, para otros puede ser una parte horrorosa. Tiene una misión muy larga que me ha recordado a una misión de Thief 2 que en realidad era la que menos me gustaba, pero me sentí como si jugase a Thief y es por eso por lo que realmente me gustó.
Cuando parece que estás perdido y que no puedes ir más allá, resulta que tienes que bucear un montón de metros para llegar a saber dónde.
Si juegas cargándote a todos, como digo:
1) Te lo terminarás en 5 horas.
2) Tendrás un montón de ratas incordiando todo el rato.
3) Será un mal juego de acción en general aunque tenga muy buenas cartas. Jugado violentamente, el 8 se transforma en un 6, por lo que he valorado solamente mi experiencia.
Puede se runa buena opción hacerlo a saco en una segunda partida por pasar el rato, pero de ningún modo en la primera. Para eso, tienes Dark Messiah of Might and Magic que es muy similar en el combate.
A mi me hubiese gustado que no estuviese penalizada la violencia en ciertas ocasiones; que fuese como un requerimiento de la misión, como por ejemplo:
Misión1: Infíltrate en X. Mata al objetivo. No mates a cuidadanos.
Misión2: Infíltrate en X. Secuestra al objetivo. Debes pasar desapercibido, no mates ni a guardias ni a sirvientes.
Pero es que en Dishonored te penalizan por matar incluso a los zombies XD
Lo que dices es cierto, todo funciona.