Midtown Madness 2 / Análisis
Midtown Madness fue todo un referente de la conducción al más puro estilo arcade a velocidades de vértigo. Si en el primer Midtown Madness ya sembrabas el terror en un Chicago abarrotado de inocentes peatones a los que desgraciadamente no podías atropellar (y mira que lo intenté), esta vez podrás recorrer las calles y las esquinas de San Francisco y Londres, aunque de nuevo, sin excesiva violencia de por medio.
Es muy poco probable que hayas jugado al primer Midtown Madness y no te haya gustado o, al menos, sin que te haya entretenido. Era tan divertido que enganchaba incluso a quienes no eran fans de los juegos de conducción. Sin embargo, Midtown Madness tenía un serio problema, que era otro gran juego llamado Driver. Vale, el Chicago de Midtown Madness era mucho más rico en detalles y estaba más vivo que las cuatro ciudades de Driver. Pero las cuatro ciudades de Driver… Pues éso, que eran cuatro. Además, Midtown Madness no contaba con el fantástico modo aventura del titulo de Reflections, sencillamente era un juego de carreras.
Pero da igual. Midtown Madness siempre contó con pequeños detalles que lo hacían diferente y único. ¿Recuerdas cómo te lo pasabas arremetiendo con tu camión contra los autobuses escolares? No estamos hablando de Carmageddon, pero en este juego incluso se escuchaban los gritos de pánico de los niños que viajaban en su interior. ¿Y qué nos dices de los taxistas, casi todos hispanos, insultándote con feroz acento mexicano cuando te saltabas un semáforo? Es algo que en juegos como los de la saga GTA está más que superado y a duras penas sorprende, pero de aquellas no había juegos en los que pudieses vivir experiencias similares en un mundo tridimensional. El simulador de conducción urbana de Angel Studios no admitía más normas que las dictadas por el sentido del humor, aunque eso sí, no tan macabro como el de Carmageddon.
Todas esas cosas son las que hicieron de Midtown Madness un juego grande y profundamente adictivo. Y son esas cosas, de nuevo, las que hacieron grande a su secuela. Sí, por supuesto que hay algunas novedades, pero sin duda lo más enriquecedor continúan siendo los pequeños detalles. Ahora, cuando chocas contra un vehículo civil, su conductor pone de inmediato las luces de emergencia, sin saber muy bien qué ha pasado. La gama de gritos e insultos es más amplia y variada, por supuesto. Ya sabes que los conductores urbanos tienen un idioma propio y enriquecen su dulce vocabulario día a día. ¿Por qué no iba a suceder lo mismo en un juego?
Lo primero de lo que me percaté en su día es que esta vez los árboles de los parques se dividen en dos tipos: pequeños y grandes. Así, mientras en el primer juego chocar con un árbol suponía que el vehículo se parase y quedara hecho un amasijo de metal, aquí podrás dedicarte a talar parques enteros. Es más, en mis tiempos, cuando las responsabilidades no abundaban, me dedicaba a realizar arduos trabajos como eliminar por completo los árboles de Hyde Park, en Londres.
Los gruesos troncos de las palmeras de North Beach convertirán tu automóvil en una montaña de chatarra, pero los simpáticos árboles de los parques no te supondrán ningún problema. Ni las farolas, ni las cabinas de teléfono, ni las papeleras, parquímetros, barreras de protección, pivotes de calle peatonal, señales de tráfico… Si el Chicago del primer Midtown Madness era interactivo, esto era casi como estar de verdad en San Francisco y Londres… sí, sí, se que tras la era GTA las cosas han cambiado, pero todo tuvo un principio.
Dos ciudades son mejores que una
Sí, dos ciudades en las que podías ir a donde te diese la gana: Londres y San Francisco. Por supuesto, representadas con mapas, construcciones y localizaciones reales. Además, las texturas en esta ocasión eran más definidas que en el primer juego, de modo que no cuesta en absoluto reconocer ciertos edificios y calles. ¿Qué te parecería, por ejemplo, escoger un Hammer y cruzar San Francisco como Sean Connery en La Roca? Unos cuantos saltos por las míticas cuestas de la zona centro, arrollando algunos coches y como guinda del pastel, un espectacular accidente con el tranvía para finalmente dar un paseo por la zona costera. Podrías seguir tu aventura aparcando en uno de los embarcaderos y echándole un vistazo al mar, donde verás una isla con una especie de edificio… ¡Pero si es «La Roca», la Prisión de Alcatraz!
Lo cierto es que la evolución de este tipo de juegos no ha sido la saga GTA ni la saga Mafia ni la saga True Crime, sino otro tipo de juegos en los que te dedicas a hacer lo que te da la gana, sin reglas ni objetivos, es decir, juegos como Goat Simulator.
También puedes ser más clásico e imitar una de las carreras que podían verse en Bullit, aquel desmadre fílmico que protagonizó Steve McQueen. Por ejemplo, puedes reproducir aquella en que el protagonista cruza la ciudad desde el enorme puente rojo de San Francisco hasta la costa de Marin. Pero bueno, si eres un excéntrico y lo único que te gusta es el cine europeo, siempre puedes olvidarte de la ciudad de las cuestas y dirigirte ala segunda ciudad: Londres.
Londres se estaba poniendo de moda al comienzo del milenio. Además de su extenso currículum literario, musical y cinematográfico, había que añadir su aparición estelar en el mundo de los videojuegos. Multitud de desarrolladores la incluyeron en sus juegos. Así que algo tendrá, ¿no? ¿Será el metro? Uno de los últimos ejemplos ha sido el espectacular viaje en todo terreno por los túneles de metro en Call of Duty: Modern Warfare 3, porque desde luego, ése es uno de los mayores atractivos en Midtown Madness. Se trata de la línea subterránea de transporte público más antigua del mundo. ¿Demasiado tráfico en el centro? Pues nada: métete por una boca de metro y atraviesa unos cuantos kilómetros bajo tierra, para salir en la parada que más te convenga. Eso sí, tendrás que ir mirando el mapa, porque ahí abajo todos los túneles parecen iguales y la red del metro londinense es enorme, aunque has de tener cuidado con los trenes. Westminster, Kensington, el Soho, el palacio de Buckingham, Hyde Park… es un modo de hacer turismo desde casa… y sin mojarte, porque tras haber vivido allí, estoy un poco cansado de tanta lluvia.
Tras haber jugado a Carmageddon, seguramente intentaréis emular la experiencia con este juego cuando veáis a la gran cantidad de peatones que campan a sus anchas por las calles, pero éstos saltarán de un lado a otros para evitarnos. Desgraciadamente Midtown Madness 2 quería abarcar un público más amplio, por lo que es mejor que os olvidéis de la mecánica heredada de la película Death Race 2000 en la que se otorgaban puntos por cada inocente peatón atropellado.
Puede que tantos años después todo ésto ya no sorprenda, pero de aquellas no había otro juego con el que realizar todas estas cosas ilegales a lo largo y ancho de una ciudad. De todos modos, Midtown Madness 2 no es un juego ni mucho menos perfecto, ya que salvo el modo de conducción libre, no podremos sacar mucho más partido al juego debido a lo poco interesantes que resultan las carreras o los diferentes modos de juego adicionales. Todo se basa en misiones cronometradas, saltos imposibles o carreras sin el menor interés. Nuestros oponentes tampoco ayudarán demasiado, ya que en general, se limitarán a ir de un lado a otro sin demostrar demasiada habilidad.
Coches nuevos y seminuevos
En Midtown Madness 2 encontrarás los coches del primer juego, pero también algunos nuevos. Desde el principio están disponibles los de Midtown Madness, incluidos los que entonces eran secretos como el camión o el autobús, pero entre los vehículos bloqueados encontrarás novedades de lo más apetecibles. En particular habrá dos que te llamarán la atención: el Beetle Dune y el Beetle RSI. Y es que VolksWagen se ha servido de Midtown Madness 2 para presentar estas dos nuevas versiones del Beetle, que aún estaban en ferias automovilísticas de todo el mundo. Lo mismo sucede con la versión actualizada del Mini Cooper, que también aparece en el juego y que de aquellas aún no estaba a la venta. Este coche junto al taxi londinense quizás sean los más adecuados para conducir por las calles de Londres viviendo la experiencia de la ciudad indie por excelencia al 100%. De todos modos, algunos vehículos están mucho mejor diseñados que otros, lo que da cierta sensación de inconsistencia. Ya puestos a meter los vehículos del primer juego, pues qué menos que actualizarlos un mínimo para que estén a la altura del resto.
No obstante, para pilotar tanto cacharro distinto hacen falta unas manos hábiles y algo de experiencia. Por eso, esta vez Angel Studios ha decidido incluir un par de opciones interesantes en el modo Crash Course Mission: un cursillo avanzado para conducir taxis en Londres y pruebas de conducción para el rodaje de películas de acción en San Francisco que, como decíamos, son modos de juego prescindibles.
En fin, puede que a algunos Midtown Madness les sepa a poco. Es comprensible. Sólo una ciudad más que en el original y pocos coches nuevos (hay un total de 21, contando los repetidos), el mismo motor gráfico (sólo han mejorado un poco las texturas), idéntica conducción… Si, MM2 no está nada mal, pero lo mismo ocurría con su antecesor. Más que una segunda parte, parece una versión mejorada y más completa de la primera. Eran de esperar más novedades y desgraciadamente no ha sido así.
Gran juego. Como bien has dicho, enganchaba inbcluso a los que no nos gustaban los juegos de conducir justamente porque no tenias porque hacer carreras, podias simplemente hacer el imbecil por ahi xDDD. Yo creo que jugue al 3, y juraria que antes de que saliera el GTA 3, que digamos que le podia comer algo de terreno por eso de mas libertad aun. Pero si, recuerdo haberlo jugado y disfrutado simplemente conduciendo por ahi, sin tener que ir a ningun sitio en particular, y eso, es bastante dificil de hacer sin que te aburra
Con este juego me tiré tardes jugando y con la cantidad de coches nuevos y mods que había para descargar… e incluso pequeñas ciudades. Del tercero he oído hablar, pero solamente ha salido para XBox. Sí, luego ya con el GTA 3 el tema de hacer el cabra llegó a otro nivel.