Orcs Must Die! es una mezcla entre un juego de acción y un Tower Defense, es decir, el típico juego en flash en el que tenemos que defender nuestra base de hordas de enemigos llenando de torretas sus rutas de acceso. Para ubicarnos en el sistema de juego, digamos que es como si en ese juego en flash de poner torretas para liquidar a los enemigos, tuviésemos la opción de encarnar a un mago en tercera persona y echar una mano en la labor de liquidación mediante espadazos y magias.
Como juego de acción, nuestra labor será, básicamente, la de prestar apoyo a las trampas y a las torretas que tendremos que colocar en los escenarios para que orcos, demonios varios y ogros mueran miserablemente antes de poder llegar a nuestra base (una especie de portal interdimensional, perderemos cuando demasiados enemigos lo crucen impunemente). Nuestro arsenal para liquidar a los orcos con nuestras manos no será demasiado variado: una espada para acuchillarlos y una ballesta (lo más utilizado sin duda), con la que atacar a las hordas voladoras y con la que acribillaremos sin piedad enemigos a distancia. También tendremos algunas magias y objetos, como por ejemplo una bomba de ácido bastante efectiva o una especie de explosión eléctrica (su uso consume mucho maná, no podremos andar lanzando fuego alegremente como si nada).
Es en la labor de llenar los escenarios de trampas y torretas en donde Orcs Must Die! muestra sus mejores virtudes. Tendremos trampas de bastantes clases: fango para ralentizar a los enemigos, pinchos para poner en el suelo o en las paredes, barricadas para «guiar» a los malos hacia una mejor muerte, trampolines, cuchillas y los más espectaculares, los arqueros y paladines, que lucharán a nuestro lado y nos darán bonificaciones por rachas de muerte y más dinero para invertir en trampas.
La historia no tiene demasiada miga, es la clásica del mago salvador que ha de detener la invasión orca. Sin embargo, tanto el protagonista como la narración de la historia tendrán bastantes comentarios cómicos, en la línea de parodia que envuelve a todo el juego, que gana puntos al no tomarse a sí mismo demasiado en serio e ir por la vía del cachondeo en muchos momentos.
El modo normal dura unas 6 horas. Al terminarlo, tenemos acceso al modo difícil, que supone un reto bastante considerable. Ahora mismo en steam está a 7 euros, y acaba de salir su segunda parte, que cuenta con un modo cooperativo que tiene que ser verdaderamente divertido. También está disponible en XBOX Live, aunque es preferible la versión de PC, tanto por el precio como por los controles, además de estar bastante bien optimizada (cero errores en mis 10 horas de juego). Los gráficos y el sonido son correctos sin más, y el doblaje está bastante bien hecho.
En resumen, si buscas un juego adictivo y que te haga pasar 3 o 4 buenas tardes, y que además te tengas que currar un poco avanzar entre fase y fase Orcs Must Die! es una gran compra, sobre todo cuando en las próximas rebajas de Steam lo vuelvan a poner a 2 euros.
Creo que le daré una oportunidad. Por cierto, hay un juego de cuyo nombre siempre me acuerdo pero que ahora mismo no recuerdo, que iba de lo mismo. Tenías que defender una isla flotante de otras invasoras y de hordas de enemigos. Podías poner torretas de todo tipo, trampas, escoger mejoras…. y luego, durante la partida, puedes ayudar e incluso pilotar vehículos. El problema, el gran fallo por el que fue criticado el juego, era que las mejoras se recolectaban y que además, tu isla permanecía de nivel en nivel (como en Homeworld [juegazo en su día]), por lo que si aunque creías que lo habías hecho más o menos bien en un nivel y resultaba que no, estabas muerto en el siguiente. Era desesperante.
¿El Giants?