De la mano de la mítica compañía desarrolladora Raven Software, nos llegaba en pleno año 2000 Soldier of Fortune (nombre de una mítica revista estadounidense para tipos duros), juego en el que manejábamos al mercenario de operaciones especiales John Mullins, mercenario real que además, colaboró asesorando durante el desarrollo del juego. Debido al resultado, en especial a la gran cantidad de vísceras, sangre y miembros amputados, no es difícil creer que este tipo sea capaz de darle una auténtica paliza al mismísimo Chuck Norris.
Nos pondremos en la piel de John Mullins a través de la típica vista en primera persona de los FPS. Podríamos decir que el juego refleja el combate real tanto en nombres, localizaciones como armas, pero el resultado es un «kill-all-that-moves (copyright 2012 neeonez)», pero pese a todo es un juego extremadamente divertido si no eres demasiado sensible. El juego utiliza el motor del Quake 2 pero explotado al máximo; podríamos decir que fue la evolución definitiva de este motor para un videojeugo comercial. El motor se nota desfasado para una época en la que 3 años de vida para un motor gráfico era una locura en contraposición de los 7 u 8 actuales, pero el juego hace gala de unas texturas muy detalladas, unas animaciones con captura de movimientos muy buenas para la época y unos más que decentes efectos especiales. Además, Soldier of Fortune ofrece escenarios exteriores, algo para lo que su motor no ha sido concebido, por lo que hay que reconocer el mérito a Raven en este aspecto. De todos modos, Unreal ofrecía bastante antes dichos escenarios y si tenemos en cuenta que Quake 3 Arena ya había salido del horno el año anterior… pero de todos modos, el resultado convence.
Los efectos de sonido envolventes tampoco están mal y el doblaje es muy bueno, aunque en inglés. La banda sonora que nos acompaña durante el juego es muy adecuada y se adapta constantemente a la acción, aunque puede resultar algo cansina en algunos momentos… es más hay un tema tan repetitivo que aún no se me ha ido de la cabeza.
Vamos a lo que mola del juego; Ni Black & White ni miembros viriles en vinagre, John Mullins es el auténtico dios! Soldado retirado que ahora trabaja para un equipo secreto de operaciones especiales de la O.N.U. denominadho «The Shop». Será nuestro centro de trabajo al que acudiremos entre misión y misión. Las localizaciones y ambientaciones son muy variadas: Un tren en movimiento, Serbia, Siberia, Nueva York, Irak o un genial castillo en el centro de Alemania para la fase final. Los enemigos no son demasiado carismáticos pero dan ganas de darles un par de ostias, por lo que nos agradará seguir la historia acerca del robo de 4 cabezas nucleares y esas cosas junto con nuestro entrañable compañero Hawk.
De verdad que no comprendo que el juego se llevase de un 5 a un 6,8 (de meri-inflation) en las revistas del sector de la época, porque tenemos ante nosotros un juego divertido, variado y no se que más iba a decir. El arsenal de armas es sensacional, podemos llevar un montón de armas y todas ellas disponen de por lo menos dos disparos secundarios. Por ejemplo, tenemos 3 modos de utilizar el cuchillo, podemos lanzárselo a la cabeza de un enemigo para que su ojo salga disparado y así dejar paso a la penetración del mismo, podemos lanzárselo a las pelotas para ver como se queja o a una pierna para ver como cojea o también podremos utilizarlo con dos movimientos de corte distintos sin lanzarlo. Lo mismo con todas las armas y he de decir que el detalle de los impactos en los enemigos es muy efectivo, ¿En qué juego de ahora salen disparadas las gafas de sol de un enemigo si les disparas en el lugar adecuado? Ni se molestan en implementarlo, al igual que cuando llenas de metralla el estómago de un enemigo y salen sus tripas al exterior o cuando revientas piernas, cabezas… malo de SAW, sal corriendo que tito John viene a por ti y te va a poner a caldo. Tenemos lanza cohetes, escopetas, rifles y un largo etc en el tema de las armas, pero también hay grandas, kits de curación, visión nocturna y la posibilidad de asomarnos en las esquinas.
El nivel de dificultad es muy personalizable, no limitándose al típico «easy, medium, hard», sino que podemos poner si queremos a unos enemigos estúpidos o a unos muy eficientes en cuanto a puntería, o si lo queremos, un respawn desmesurado. ¿Odias el respawn? pues pon a unos tipos más duros y haz que el juego siga siendo un reto o limita las veces que puedes guardar la partida por nivel.
Vamos a los defectos: La inteligencia artificial es muy pobre, es como poner a 100 Paquirrines en un nivel y coser a balazos a los pobrecillos con lo bonachones que parecen cuando les tiras una granada y no se apartan o cuando se quedan a dos metros de ti disparándote con una cadencia de 2 disparos por minuto. El juego se le queda pequeño a John y haría sonrojar a Rambo, pero al menos en los niveles de dificultad elevados, la cosa se va complicando, lo cual es de agradecer. Algunos niveles quizás son algo carganes o repetitivos y… poco más. El modo multijugador es entretenido pero tirando a poco competitivo en relación a sus hermanos contemporáneos a pesar de que hay varios modos; no merece la pena entrar en él. Pocas cosas más… si te mola el gore y el género, juégalo. Perdón por la poca formalidad del análisis, que es que ando en el curro y soy más poético y menos práctico.
Jajaja, pues me has dado ganas de probarlo, por lo menos parece divertido. Seguro que está en el Peggy a 1 euro.
A mi me parece un must-be-played. Si disfrutas con pelis como delta force, te gustará, pero no esperes nada más que éso (que no es poco XD).