Sonic CD / Análisis (Mega Drive [MEGA CD] – 1993)

En el mundo de Mobius se vive con impaciencia el regreso de la pequeña estrella Little Planet. Esta visita anual se ha convertido en un símbolo de esperanza y fortuna para todos los habitantes del planeta sónico, debido a que dicha estrella unida a las Time Stones posee la propiedad de detener el tiempo a su paso. Durante ese período, los Mobiunos consiguen transformar en vegetación lo que antes eran mortales desiertos, o en un rico manantial lo que antes fue una laguna seca.

La sensación de velocidad en este Sonic es una maravilla…

Dicho “milagro” no hace felices a todos los seres de este microsistema. El infame Dr. Robotnik odia todo lo que haga feliz al prójimo, cualquier cosa que genere vida y no destrucción. Por ello, ha dedicado ha dedicado un año entero para lograr capturar el Little Planet en el momento de su fusión con las Time Stones. Para conseguirlo, antes tendrá que distraer la atención de Sonic, y tal vez secuestrando a Amy Rose (la supuesta novia de Sonic), el azulado puerco espín sea más vulnerable.

Por si todo eso fuera poco, la última creación del Dr. Robotnik, Metal Sonic (una réplica cibernética tan rápido o más que el propio Sonic, gracias al dispositivo “V.Maximum Overdrive Attack”, y dotado de armas como “Ring Spark Field”) está dispuesto a acabar con él. Sin duda un rival duro de vencer, además no estará sólo. Mosquitos Trompeteros Gigantes, Escarabajos Cuchilleros, Escorpiones Láser y otros terribles enemigos, estarán a su lado para ponerle las cosas muy difíciles a Sonic.

Aquí tenemos a Metal Sonic robándonos a la novia.

Las diferencias con respecto a Sonics anteriores las encontraremos en aspectos como los viajes temporales de Sonic al pasado y al futuro, en gráficos más novedosos y mejorados, en la velocidad en algunos momentos del juego, en fases como la del Pin-Ball, en la increíble banda sonora (todo un éxito de ventas en Japón en su momento), en alucinantes movimientos y giros de pantalla y, sobre todo, en la nueva fase de Bonus en la que las rotaciones y velocidad producen una sensación muy cercana al vértigo. Al principio es complicado hacerse con el control de Sonic en medio de tantos giros vertiginosos, molinos de viento y trampas del terreno. Pero, en poco tiempo, conseguiremos ceñirnos al sinuoso circuito, y alcanzar los codiciados anillos.

Las fases Bonus eran ver para creer en aquella época.

Todo esto sumado al aumento de fases (7 fases con 3 niveles cada una) hacen de esta versión de Sonic la más completa y sugerente de todas las conocidas en Megadrive, Master System y Game Gear.

Otra de las novedades es el llamado modo “Time Attack”, en el que luchamos contra el tiempo en un circuito elegido con anterioridad. La clave del éxito estará en no prestar atención a los tentadores anillos. Con uno de ellos, serás más que suficiente para volar y no morir en el intento.

También, y por primera vez en un juego se Sonic, podremos disfrutar de voces digitalizadas y unos efectos de sonido que rozan la perfección.

Sonic CD cuenta con continuaciones infinitas y una dificultad moderadamente alta en comparación con otros juegos de Sonic de la época.

Sin duda, merece mención especial el esfuerzo técnico realizado en los movimientos de pantalla, con un scroll, unas rotaciones y unos acercamientos sensacionales. Si a todo esto le sumamos la extraordinaria jugabilidad, a la que nos tiene acostumbrados este personaje, la conclusión es sencilla: Sonic CD, el más grande y genial de todos los Sonic.

No quisiera olvidarme de la intro de este juego… sin palabras, una intro realizada al estilo de dibujos animados genialmente realizada. Imaginaos el impacto que causó en se época (1993) cuando todavía estábamos alucinando con los 16 bit… También al acabar el juego seremos recompensados con más escenas animadas.

Una pena el poco éxito y aceptación del Mega CD en todo el mundo, hubiera sido una pasada poder disfrutar de un Sonic 2 CD y, porque no, de un Sonic 3 CD. Siempre que se habla del Mega CD digo lo mismo, “fue una máquina que simplemente se adelantó a su tiempo…”