SYBERIA 2 / Análisis
Las buenas ventas y excelentes críticas cosechadas por el primer Syberia han sido motivo suficiente para que Benoit Sokal y los suyos se aventurasen con una segunda entrega. En esta ocasión somos testigos de la llegada de Kate y Hans a la tierra de los mamuts.
Quien avisa no es traidor: antes de empezar Syberia 2, deberías haber completado la primera entrega de la saga. La nueva aventura de la picapleitos Kate Walker está llena de referencias a personajes y situaciones del juego anterior que difícilmente comprenderás si no lo has jugado. De poco sirve el vídeo de introducción que intenta resumir lo esencial de esa primera entrega: un juego tan denso y complejo como Syberia no se puede explicar en un minuto.
Syberia 2 empieza donde acaba la primera parte, en el apacible balneario de Aralbad. Desde allí, los protagonistas, Kate, Oscar y Hans se dirigen a la yerma ciudad de Romansbourg. Una vez allí, Kate se centra en resolver una serie de obstáculos y puzzles con el objetivo de salir de la ciudad cuanto antes y poder seguir con su búsqueda de la mística isla de los mamuts. En concreto, esos problemas tienen que ver con la dificultad de conseguir carbón para el tren y un doctor que se encargue de la alicaída salud del anciano Hans. Esta primera toma de contacto ya da una clara muestra de alguna de las mejoras que ha experimentado la mecánica del juego.
Lo nuevo
De entrada, se acabaron esos eternos paseos que hicieron que el juego de Microïds se ganara merecidamente el calificativo de «simulador de largas caminatas». Esta vez, los escenarios tienden a ser más pequeños, lo que hace que los objetos a examinar, los puzzles a resolver y las acciones a realizar se concentren en un espacio mucho más reducido. Es decir, menos exploración y más acción, lo que ya de por sí es una buena noticia.
En general, el juego resulta más fácil que la primera entrega. El número de puzzles a solucionar es más bien escaso y la naturaleza lineal de los mismos hace que puedas ocuparte de ellos uno por uno, sin relacionarlos entre sí. A cambio, esta vez están mucho mejor integrados en la historia y permiten disfrutar de la extraordinaria tecnología robótica de Hans y de los magníficos paisajes de la estepa rusa. Poco importa que no haya descripciones de los objetos, ya que éstos no son muchos y su utilidad suele resultar obvia a simple vista.
Si bien el peso de la aventura sigue corriendo a cargo de Kate Walker, en Syberia 2 los secundarios gozan de un mayor protagonismo. A la ya conocida presencia de Hans y Oscar hay que sumar la aparición de Igor e Ivan, dos matones del tres al cuatro que vienen a ser la versión rusa del gordo y el flaco. Las continuas intromisiones de este par de cabezas huecas obsesionados por el marfil te ponen en más de un aprieto.
El apartado gráfico también ha experimentado ciertos retoques. Los escenarios son ahora mucho más ricos en detalles y se han añadido montones de nuevos efectos, como la nieve que cae en tiempo real, superficies reflectantes, luces y sombras dinámicas y animales salvajes que aparecen de entre la maleza cuando menos lo esperas. Asimismo, las animaciones de los personajes presentan un aspecto suave y muy natural, de lo mejor que se ha visto nunca en el género de aventura.
Inquilinos comunistas
En Syberia 2, los secundarios juegan un papel muy destacado. Aquí tienes los cuatro que más veces se toparan con Kate.
- Hans Voralberg: Hans es el genio creador de los autómatas, esas criaturas de movimiento perpetuo y presencia continua en los cuatro mundos que visitas. El heredero de la familia Voralberg tiene un sueño, encontrar a un mamut vivo.
- Oscar: El autómata más sofisticado fabricado por Hans, a pesar de que su creador lo había dejado inacabado. A diferencia de la mayoría de los autómatas, Oscar puede experimentar y expresar emociones y axhibir su personalidad.
- Igor e Ivan: El norte de Rusia ha sido siempre un lugar donde las autoridades envían a los ladrones y vandidos para alejarlos de las ciudades. Tras ser desterrados, Igor e Ivan quieren hacer negocio robando el marfil de los míticos mamuts.
El viejo
En casi todo lo demás, Syberia 2 sigue siendo aquella aventura clásica que nos trajo de vuelta la edad de oro del género. Un retorno a los gráficos bidimensionales, a la interfaz de apuntar y pulsar, a los diálogos cortos, concisos y directos, a los protagonistas con carisma y a los secundarios con presencia. Un título de una ambientación modélica, que repite con éxito su veraz reconstrucción de una Rusia comunista repleta de construcciones carcomidas por el frío y el paso inexorable del tiempo, de paisajes helados de aspecto fantasmagórico y de robots de movimiento perpetuo cuyas corazas acumulan toneladas de moho y óxido.
Esperemos que a Syberia 3 no le ocurra algo parecido: por esta vez, pase, pero de cara al futuro esperamos más cambios en esta fórmula que aún resulta eficaz pero que ya pide una cierta renovación.
FICHA TÉCNICA
- Requisitos: procesador como mínimo PII 350 MHz, procesador recomendado PIII 800 MHz. Memoria RAM mínima de 64 MB, memoria RAM recomendada de 128 MB. Tarjeta gráfica como mínimo de 16 MB, tarjeta gráfica recomendada de 32 MB.
- Idioma: Texto de pantalla y voces en español.
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