Consejos para Counter Strike: Condition Zero
Resulta que al final Condition Zero viene a ser el Counter Strike de toda la vida, sólo que jugado contra unos bots tremendamente listos. Así que muchos de los consejos que puedan servir en las partidas de Counter Strike pueden aplicarse también aquí.
Dedicación
Debes tener muy claro que no existe una predisposición genética para destacar en este juego y que nadie nace sabiendo. Los reflejos y la capacidad de concentración tienen mucho que ver con tus posibilidades de éxito, pero lo que realmente marcará la diferencia será la cantidad de horas que le dediques. Incluso los mejores jugadores desaparecen rápidamente de las primeras posiciones de las clasificaciones mundiales cuando descuidan un poco sus entrenamientos.
Vístete para matar
Pasaron los tiempos en los que disponías de cantidades de inicio muy bajas y tenías que ser muy cuidadoso a la hora de invertir tu dinero. Sea cual sea el nivel de dificultad, empezarás con 10.000 dólares, más que suficiente para elegir el arma que más te guste. Lo que no deberías dejarte en tu lista de la compra es la muy útil protección de kevlar. Jugando contra bots, las granadas cegadoras son una buena opción, bastante mejor que las de humo. Si tuviéramos que mojarnos y elegir sólo un arma, escogeríamos el rifle Bullpup para los principiantes y un M4A1 para los jugadores avanzados. El primero tiene un práctico zoom y el segundo es más ligero y barato.
Los Bots
Cuando juegas contra oponentes humanos, el factor psicológico suele marcar diferencias. Sin ir más
lejos, un equipo que se encuentre en una posición ventajosa puede caer con estrépito contra rivales inferiores si lleva unas cuantas rondas sin ganar y su moral está por los suelos. Los bots no sufren desplomes psicológicos, lo que les convierten en rivales de aúpa, sobre todo en niveles de dificultad avanzados. Aun así, puede cogérseles el truco esperando, por ejemplo, para ver por qué rutas alternativas optan y tratar de sorprenderlos en algún punto ventajoso. Tras unas cuantas partidas, damos por confirmada la teoría de que, donde hay un enemigo, otro anda cerca. Es decir, que si asomas la cabeza por un pasillo y acabas con un enemigo, ponte a cubierto porque no tardará en aparecer un compañero.
El arte de la regarga
Dispara siempre el menor número de balas, concentrándote más en apuntar que en llenar el escenario de munición. No recargues nunca tu arma primaria si sabes que hay un enemigo cerca y nunca recargues cuando estés corriendo en dirección a las posiciones enemigas. En caso de llevar un rifle de francotirador, es bueno usar una Desert agle como arma secundaia. Tras realizar el disparo con el rifle, cambia rápido a la pistola y luego de nuevo al rifle, una vez ya esté recargado. Así tendrás un arma pesada entre manos cuando la necesites.
A la cabeza
Tienes que acostumbrarte a que tu punto de mira esté a la altura de la cabeza. Un disparo certero en el cogote te permitirá ahorrar munición y dar por zanjado un encuentro potencialmente peligroso para tu salud. El problema que esto plantea es el retroceso de muchas armas. Por ello, con algunas conviene apuntar a la altura del pecho y disparar ráfagas cortas: el retroceso hace que las balas suelan dirigirse a la zona del cuello y cabeza. Una de las formas más fáciles de comprobar el comportamiento de tu arma es situarte delante de una pared y disparar algunas ráfagas. Así, puedes ver adónde van las balas y el movimiento que debes hacer para corregir la trayectoria ascendente.
El cazador cazado
Uno de los mayores retos es enfrentarse a un buen francotirador. Para empezar, éstos suelen elegir zonas de difícil acceso y, a ser posible, con una pared que les cubra la espalda. Intenta no dejarte llevar por el instinto cuando veas uno. No saltes, porque tu trayectoria será muy predecible; no te agaches, porque tus movimientos serán lentos. Lo mires por donde lo mires, la mejor opción es huir y tratar de sorprenderle por los flancos. Para ello, corre. Si dispones de una granada cegadora, úsala. Y no se te ocurra dejarte llevar por la curiosidad poniéndote a cubierto y disparando de forma aleatoria: si lo haces, eres suyo.
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