La herencia de PONG
Cuando Nolan Bushnell fabricó Pong, en 1972, y grabó por vez primera la información de un programa en un cartucho Rom, el concepto de ocio electrónico cambió radicalmente. La comercialización del juego derivó en la aparición de las que pueden ser consideradas primeras consolas de videojuegos, con memorias ínfimas. Fútbol, voleibol, tenis o tiro con pistolas, fueron los primeros protagonistas de unas máquinas tremendamente rudimentarias que ni siquiera utilizaban el sistema de cartuchos. Los gráficos de aquellas consolas no tenían colores, utilizaban el blanco y negro, y la definición de píxeles que en la actualidad conocemos eran impensable. Esas clónicas sin nombre en muchos casos, fueron las precursoras de la floreciente industria de los videojuegos domésticos, que tuvo en la Atari VCS primero, y en la 2600 más tarde, sus máximos exponentes.
LOS NUEVOS SISTEMAS
Atari, CBS, IntelliVision, Philips y MB se lanzaron en Estados Unidos a la carrera para garantizar las mayores cuotas del mercado del ocio electrónico. Aunque la Atari VCS nació en 1976, la llegada a España de las nuevas máquinas se hizo esperar tres años, tiempo en el que los niños se conformaban con los juegos de las Hand-Helds: Donkey Kong, Mario`s Cement Factory o Donkey Kong Jr.
En los primeros años de la década de los 80, comienza el desembarco de las nuevas consolas a nuestro país. Es entonces cuando se cambian los cromos por los videojuegos, y los jóvenes muestran especial interés por unas máquinas capaces, en su mayoría, de utilizar gráficos detallados en 8 y 16 colores. Hasta ese momento, los únicos sistemas informáticos que habían traspasado el umbral de las casas españolas eran ordenadores personales, de IBM y Apple, pero su precio era demasiado elevado para utilizarlo como una máquina de juegos.
Las consolas se convierten en el regalo preferido, un sueño que crece con la aparición de los grandes clásicos: Pac-Man, Space Invaders, Galaxians, Frogger, Defender o Asteroids.
La primera consola de videojuegos, entendida y asumida por el mercado como tal, no tenía procedencia japonesa sino americana.
La Atari VCS nació en 1976, y se introdujo en miles de hogares americanos, desde donde se extendió por el mundo. En España fue su heredera, la Atari 2600, la consola que generó, entre 1981 y 1983, la fiebre consumista. Desde el nacimiento de la máquina de Atari, irrumpen los nuevos formatos sin apenas solución de continuidad: la CBS Colecovisión, Vectrex de MB y Philips G-7000.
Las licencia de películas y personajes famosos se hacen un hueco en la mayoría de formatos: E. T. el Extraterrestre, El Imperio Contraataca, El Retorno del Jedi, Los Pitufos, Popeye o el mismísimo Donkey Kong.
En los primeros años de la década de los 80, los salones recreativos y las consolas domésticas caminaban de la mano, ofreciendo licencias similares, con técnicas de programación muy parecidos, pero con los soportes diferentes.
El mercado funciona y las estanterías de las jugueterías se llenan de títulos, porque las consolas están de moda.
¿CÒMO ERAN LOS JUEGOS?
Casi todos los cartuchos antes mencionados, poseían un denominador común: sus juegos no tenían final.
La escasa capacidad de los cartuchos, y la evidente limitación de las máquinas de aquella primera época, hizo que los juegos se convirtieran en bucles infinitos, muchas veces con una sola pantalla, sin fases diferenciadas, cuyo objetivo prioritario era la adquisición del mayor número de puntos posibles.
Frogger, magnífico juego con versiones para la mayoría de los formatos, nos obligaba una y otra vez a cruzar la misma carretera, con los mismos vehículos, pero aumentando la dificultad de los obstáculos. Hasta que la llegada de los primeros ordenadores personales dictó lo contrario, todos los programadores fueron fieles a esta premisa.
Aquellas producciones tenían un mérito incontestable que no ha logrado oscurecer la evolución de los videojuegos: una originalidad capaz de paliar con ingenio las carencias técnicas. Ese parámetro, que para muchos no tiene sentido en la actualidad porque la capacidad para sorprendernos ha decrecido, fue la filosofía que imperó en la primera generación de consolas.
En 1980 ya estaban sentadas las bases de los primeros arcades, simuladores deportivos, shoot`em ups, beat`em ups y plataformas (que crearon el caldo de cultivo idóneo para la aparición posterior de obras maestras para Spectrum como Manic Miner, Jet Set Willy o la saga Monty Mole). Todos eran juegos limitados, pero llenos de ideas y conceptos que aún en la actualidad están vigentes.
EXPANSIONES
Uno de los parámetros que se utilizan en nuestros días para determinar las posibilidades reales de una consola, es la capacidad de expansión que posee.
Los fabricantes de las primeras máquinas contemplaron también este punto, teniendo en cuenta las necesidades del usuario. Tanto la CBS Colecovisión como la Philips G-7400, fueron diseñadas para acoger módulos que las convertían en ordenadores personales con Basic.
Los lápices ópticos permitían dibujar sobre la pantalla del Vectrex, mientras las pistolas ópticas y los volantes para los juegos de coches ofrecían un nuevo sistema de divertimento. Aparecieron módulos muy avanzados de ajedrez (Philips C-7010), pizarras electrónicas de dibujo (Atari), gafas en 3D (Vectrex) e, incluso, adaptadores que hacían compatibles los juegos de Atari 2600 con la CBS Colecovisión.
NUEVAS VERSIONES
Los primeros modelos de consolas eran muy limitadas. A pesar de mostrar complejas formaciones de gráficos, necesitaron de nuevas versiones para aumentar las posibilidades de juego, con la intención de evitar la migración de usuarios hacia los florecientes microordenadores domésticos (Vic 20, Spectravideo, Sord M-5, Atari 600-XL y Commodore 64)
Atari lanzó al mercado español la Atari 7800, versión mejorada y compatible con su predecesora, la 2600, en 1984. Philips hizo lo propio renovando el parque de la G-7000, por la mejorada G-7400, cuyos juegos pasaron de llamarse Videopac a Videopac +. En ambos casos, lo único que se hizo fue potenciar el aspecto gráfico y la capacidad de los cartuchos.
La Vectrex de MB apenas sufrió mejoras, por el hecho de tener el monitor incorporado y ser un producto que, aunque basabas sus juegos en conceptos y licencias más o menos exclusivas, podía ser considerada como la primera consola portable, que no portátil.
La CBS Colecovisión fue, para muchos, la consola soñada. Juegos como Zaxxon, con scroll de pantalla y perspectiva isométrica, o Donkey Kong y Cabbage Kids (programado por Konami), alumbraron una consola con enormes posibilidades.
Los distribuidores de la IntelliVisión, de Mattel, no estuvieron a la altura de los usuarios que confiaron en su consola, a la que no alimentaron de juegos suficientes. Atari fue, sin duda, la compañía líder en aquellos resplandecientes años.
¿CUÀNTO COSTABAN?
Los precios de las primeras consolas, y de sus juegos, eran muy similares a los que se pueden barajar en la actualidad. La Philips G-7400, por ejemplo, costaba unas 35.000 pesetas (de las de 1983), y cada juego rondaba las 7.500, en el caso de los últimos Videopac + como Neutron Star, el preció se elevó hasta las 9.500 pesetas. El C-7420, módulo de ordenador para la misma consola, costaba 25.000, y el C-7010, módulo de ajedrez, rondaba las 15.000. Las consolas han sido siempre un hobby muy caro.
El entusiasmo inicial del mercado español por las consolas cedió en apenas dos años, ante la invasión de los microordenadores, que consiguieron millones de adeptos, desde la aparición en 1982 del Specrum. Sin embargo, la llegada de los Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64, Amiga o Atari ST, no pudo ocultar el ingenio de los primeros programadores. Aquellos juegos de Atari, CBS, IntelliVisión, Philips y MB son imitados aún en nuestros días.
Desde entonces, las ideas se repiten, utilizando medios más sofisticados…
«sus juegos no tenían final»: Creo que has hecho que la vida de más de uno pierda sentido.
Mi novia me ha contado que tiene una Atari en su buhardilla cogiendo polvo. No se el modelo, pero me ha dicho que es de antes de los 80…. dentro de unos días lo comprobaré e insistiré en crear un altar y nombrar a la consola piedra angular o eje ornamental fundamental de casa.