Primeras impresiones: Dark Souls 2

Por lo que llevo jugado, Dark Souls 2 es una muy digna continuación del primero. Se han mejorado muchas cosas: subir y bajar escaleras es más rápido, la tasa de imágenes es más alta y más estable, el diseño de los enemigos es mejor y, como ya habréis visto, han limitado el «farmeo», es decir, los enemigos que nos encontramos no aparecen hasta el infinito, sino que dejan de aparecer tras matarlos unas 13 veces. ¿Qué quiere decir esto? Pues que han apostado por empujar al jugador a avanzar en lugar de quedarse mucho rato en una zona a subir de nivel todo lo posible. Esto está bien, ya que muchos combates y áreas se superan por nuestra paciencia y temple con el mando, y no por mejores estadísticas o mejor equipo. Pero… esto puede afectar a jugadores cuyo primer «Souls» sea éste, ya que los que venimos de algunos de sus predecesores somos perros viejos y sabemos por dónde nos pueden sorprender, y vamos con calma ante grupos de enemigos.

Más cosas: el equipo sigue siendo más decisivo que las estadísticas, pero se ha puesto más énfasis en bonificar daño o defensa, por lo que no debemos dejar totalmente atrás ningún atributo. También esto favorece a los perros viejos de otros «Souls», que iremos más despacito y aprovechando las almas con cabeza. De nuevo, otra dificultad añadida para un jugador novel en la saga, porque morirán muchísimas veces y, si no se informan vía Internet del funcionamiento del juego, perderán muchas almas por no ir a recogerlas tras una muerte o por no saber invertirlas bien.

Y audiovisualmente… los gráficos son más sólidos, estables y la tasa de imágenes es mejor, pero no me encuentro a mí mismo quieto mirando los paisajes como sí hacía con el primer Dark Souls. Hay muchas texturas feas, y los escenarios me parecen más brutos, más toscos… quizá mejore luego, pero hasta ahora el primero me parece mucho más bonito y mejor diseñado. La banda sonora tampoco me convence, o, al menos, no me parece tan conseguida.

Eso sí, la sensación de júbilo tras superar una zona o encontrar un atajo sigue estando ahí, tan fresca y adictiva como siempre. El subidón cuando matas a un jefe final sigue siendo algo que casi ningún juego te da, y más por la sensación de ser tú quien lo ha conseguido, de que tu habilidad y tu aprendizaje CON SANGRE Y SUFRIMIENTO han sido los que han ganado el combate, y no la suerte, ni un QTE, ni pufos que le sacas al juego. Dark Souls 2 sigue siendo tu profesor cabrón e hijo de puta, y tú, jugador, sigues siendo el alumno que, a pesar de las dificultades, triunfa ante la adversidad. BENDITO SEA EL SOL Y BENDITA FROM SOFTWARE POR DARNOS ESTOS JUEGAZOS.