Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo / Análisis (PS2, PC, XBox – 2003/2004)
Muchos probablemente recordarán Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo, un juego multiplataforma lanzado a finales de 2003 por Ubisoft para PS2, encontrándose las demás versiones de Xbox, Nintendo GameCube, Game Boy Advance y PC entre 2003 y 2004. Es el primero de la trilogía, al que siguen Prince of Persia: El Alma del Guerrero y Prince of Persia: Las Dos Coronas. La realización del juego contó con la colaboración de Jordan Mechner, el creador de la serie original, que participó como escritor y diseñador.
“Casi todos creen que el tiempo es como un río que fluye seguro y veloz en una sola dirección, pero yo le he visto la cara al tiempo y os puedo asegurar que están equivocados. El tiempo es un océano en la tormenta. Os preguntareis quien soy y porque afirmo esto. Sentaos, y os narraré una historia que nunca antes habréis escuchado.”
El juego se lleva a cabo en un místico ambiente de Oriente Medio, bañado por una luz suave, cálida y visto como algo salido de un libro de cuentos. Nos situamos en la historia como un joven príncipe (no tenemos un nombre) conocido como el hijo del rey Sharaman, con excepcionales capacidades atléticas y acrobáticas que, sin saberlo, libera a los malditos, una especie de zombis de arena en los que se convierten los guardias de la ciudad. Esto ocurre cuando el Príncipe roba la daga del tiempo, un tesoro de la nación rival con el objetivo de impresionar a su padre durante la batalla; y a partir de lo cual se desencadena la historia, que viviremos a través del Príncipe que actuará a su vez como narrador.
Un malvado Visir y una joven llamada Farah que unirá sus fuerzas con el Príncipe, serán los otros dos personajes principales. El objetivo entonces será llegar juntos a la Torre del Alba, que es donde el Visir ha llevado el Reloj de Arena y deshacer todo el entuerto y que todo vuelva a la normalidad.
Se trata de una historia sencilla de supervivencia con toques románticos, pero lo suficientemente buena como para acaparar nuestra atención totalmente.
Podremos ver tres segmentos claramente diferenciados: de combate, plataformas y puzzles. La mayor parte del tiempo el jugador se lo pasa demostrando sus habilidades con el mando en el que el personaje mostrará sus grandes dotes acrobáticas para, llegado el momento, desenfundar la espada y luchar contra un numeroso grupo de enemigos. Podremos verle, siempre desde un punto de vista muy realista, correr por paredes, balancearse en cuerdas, hacer equilibrios sobre vigas, saltar de pared en pared, girar sobre barras horizontales al más puro estilo gimnástico, etc. En cualquier caso, a menudo el jugador necesitará usar la Daga del Tiempo, que puede manipular el mismo y deshacer los errores cometidos. Sin embargo, esta daga tiene otros grandes usos y será la clave para derrotar el mal extendido por todo el palacio. La resolución de enigmas es bastante sencilla, básicamente se tratará de interruptores y palancas o manejos de espejos, algo bastante típico en este tipo de juegos, aunque en este caso será más divertido al interactuar para su realización con la ayuda de Farah, la atractiva hija del Maharajah, a la que no podremos controlar directamente, pero con la que habrá que colaborar y cuidar durante la mayor parte del juego.
Los combates con gran variedad de enemigos serán entretenidos, durante los cuales el Príncipe necesitará beber agua en alguna ocasión para recuperar algo de vida. Durante los mismos, tendrá que usar su espada para desviar los ataques de los zombis de arena y posteriormente la daga para eliminarlos definitivamente. Además, seremos testigos de espectaculares volteretas dignas de tal héroe de acción durante la batalla, saltando por encima de sus enemigos y cortándolos por lo mitad en medio de la ejecución de dicho salto.
Es realmente entretenido y su nivel de dificultad no supone un reto demasiado alto, a pesar de que contiene alguna que otra parte un poco más complicada. Además, es muy lineal ya que tras el Príncipe se van cerrando puertas obligándolo siempre a ir hacia adelante y mostrando un pequeño resumen de lo que debe hacer a continuación a través de un flashforward en tonos sepia del personaje, lo que dificulta el atascamiento.
Algo realmente destacable del juego son sus gráficos y animaciones con sus impresionantes escenarios. El Palacio del Sultán está lleno de incontables detalles ambientados con excelentes juegos de luces que nos envuelve en un entorno encantado. A pesar de que el apartado sonoro no es especialmente destacable, en este caso sí tenemos un estupendo doblaje al castellano donde Ricardo Escobar realiza una genial actuación en todas las escenas y monólogos de la historia.
La duración total del juego nunca será mayor de 10 horas (por muy malos que seáis). Como he mencionado antes, el juego es muy lineal y no hay rutas alternativas, aunque se trata de un juego de plataformas muy rejugable.
Así pues, es muy recomendable a todo tipo de jugadores que deseen embarcarse en las misteriosas tierras persas y disfrutar así de unos personajes que han sido tratados con mucho mimo en todos sus detalles, desde el diseño de niveles hasta el mismo personaje. Eso sí, hay que tener en cuenta que es un juego en el que no hay sangre, gore, ni nada bruto, así que nadie debe jugar con la idea de va a rebanar cabezas o destripar zombis con la espada. Las siguientes entregas se vuelven más oscuras y en mi opinión, pierden ese toque mágico que envuelve al primero (además de ver más mujeres pechugonas, tangas y esas cosas). Pero sin duda, se trata de un gran juego de la época que merece totalmente la pena probar, quedando así irremediablemente enganchado a la historia.
Buen análisis. Pues opino lo mismo de las secuelas, de ahí que las tenga pendientes… y además dado su final, tampoco son necesarias. De todos modos a éste le daría el 8 o el 8,5…. pero no preguntes por qué porque no lo se.
Buen análisis, si, que recuerdos… engancha brutalmente, al contrario que las secuelas, les falta como dices, un toque… se volvian demasiado «combatibas» y quitaban parte de los puzzles y plataformas, y estas últimas, son la base de los Prince of Persia desde siempre: plataformas y trampas en estas xD… benditas arenas del tiempo…
Yo tambien le abria dado algo más de nota, no se si por nostalgia o por que me flipaba mucho lo de correr por las paredes y volver para atras en el tiempo (que en aquel momento, fue bastante original e innovador).
Gracias chicos! 🙂
Pues no lo probé nunca. Voy a haceros caso y ponerlo en la pila de «lo pendiente».
Ahora mismo igual lo ves algo limitado dependiendo de cómo te lo tomes… puesto que de aquellas era nuevo lo de ir acompañado, cosa que solamente juegos como ICO habían incluido por aquel entonces. De todos modos, la estupenda ambientación de cuento y lo entretenido que resulta (no se hace largo), no se lo quita nadie.