Space Chicks / Análisis
Lo se, la cantidad de juegos «endless runners» que salen cada año es excesiva. Crescent Moon distribuía en el 2013 otro de estos juegos con muy buenos gráficos en el que el objetivo era recorrer una serie de planetas con una perspectiva lateral en dos dimensiones mientras rescatábamos a una serie de tías buenas en algunos de algunos de ellos.
Si os estáis imaginando una gran epopeya galáctica estáis equivocados. Aquí vemos todos con una vista lateral en 2D y recorremos pequeños planetas bordeando su superficie de derecha a izquierda. Como no podría ser de otro modo, solamente podemos realizar una acción y ésta consiste en tocar la pantalla para que nuestro protagonista, que es una especie de bicho con tupé azul y traje de gilipollas, salte de un planeta a otro.
La excusa para que haya juego
El mayor logro del juego es sin duda la interacción de física de cada planeta con el resto de elementos que los rodean. Un planeta grande ejercerá más atracción gravitatoria sobre nosotros, por lo que tendremos que tocar la pantalla más tiempo para salir de su campo de gravedad y así alcanzar otro planeta.
Algunos planetas estarán poblados por una especie de géiseres que lanzarán vapor o cosas nocivas y que nos lanzarán a gran distancia. Debemos tener cuidado con estos elementos y con los alienígenas feos que pueblan otros planetas. Hay una especie de calamares similares a los extraterrestres de los Simpsons, pero en niveles avanzados también nos encontraremos con gusanos, francotiradores y otros bichos que nos perseguirán entre planeta y planeta a modo de policías interestelares.
Además de todo ésto, también habrá cometas y demás basura estelar sobre la que también podremos saltar.
En algunos planetas nos encontraremos con unas tías obesas y aún más feas que el protagonista pidiendo ayuda para ser rescatadas, así que tendremos que tocarlas para que se suban a nuestra espalda (duele con sólo pensarlo) y así podamos llevarlas hasta unos cohetes en los que despegarán, siendo así rescatadas. Habrá de una a tres hembras por nivel y cuando lleguemos al final de cada uno, nos montaremos en una nave para llegar a la siguiente zona. Aquí el juego nos ofrece algo distinto, puesto que tocando al pantalla impulsaremos nuestra nave hacia arriba para así recoger cosas y evitar obstáculos. En fases avanzados habrá otras naves enemigas que chocarán con nosotros para tocarnos las pelotas e impedir que recojamos las vidas y las monedas que hay desperdigadas por el recorrido.
¿Por qué nada de ésto funciona?
Por ahí os dirán que todo está enlazado a la perfección para crear una experiencia jugable única, pero la realidad es que todo se basa en recorrer una y otra vez los mismos niveles cumpliendo objetivos tontos a sabiendas que de que no habrá otro final que no sea la muerte. Vamos a ver algunos ejemplos:
- Recoge tantas moneadas.
- Colecciona la palabra «RAMBO» formada por monedas.
- Rescata a todas las chicas de dos niveles consecutivos.
- Mata a seis enemigos consecutivos en un solo nivel.
Así, el juego nos irá mostrando objetivos sin sentido y cada vez más complicados mientras nosotros, vamos desperdiciando el tiempo jugando a ésto para dar sentido a nuestras vidas.
Con las monedas que vamos recogiendo podemos comprar nuevos personajes con los que jugar como un clon de Chuck Norris, un coche y cosas así. Al comienzo de los niveles siempre caerá de la parte superior de la pantalla una mejora que podremos equipar y que durará hasta que perdamos un vida. Ejemplos de estas mejoras pueden ser un imán para recoger monedas a distancia o un bate para que las chicas que llevamos en nuestra espalda aticen a los enemigos cercanos, puesto que nuestro protagonista es tan retrasado que no sabe hacerlo. También podremos adquirir mejores naves para controlar entre nivel y nivel que son más resistentes y fáciles de controlar.
Creedme, hay juegos mucho mejores y con cierto sentido por ahí para invertir vuestro tiempo. Ya solo el mero hecho de escribir acerca de este juego me deprime.
Las bondades del juego
Además de la interacción física, los gráficos del juego están muy cuidados. Los escenarios se generan proceduralmente y tanto los planetas como los fondos tienen una calidad gráfica sobresaliente. El juego ha sido desarrollado con Unity y se ha sabido sacar partido a este motor.
Los efectos de sonido cumplen, pero en cuanto a la banda sonora, me parece lamentable que solamente exista un tema mientras jugamos, puesto que acabaremos hasta las pelotas de él en cuestión de minutos. Además es que no acompaña; es la típica canción directivo-gafapastil que intenta ser divertida pero termina siendo ridícula.
Mejor (o peor) acompañado
Quizás el mayor aliciente del juego es la posibilidad de jugar acompañado en modo local con su modo de dos jugadores en el que cada uno pulsará en su parte de la pantalla, que será compartida, para hacer que su héroes salte. Tampoco necesitamos estar acompañados para disfrutar de este modo, puesto que si te cansas del modo individual siempre puedes jugar al modo de dos jugadores tú solo para tener un reto adicional.
Conclusión
El juego ha pasado a ser gratuito, pero es que creo que no merece la pena ni invertir vuestro en este tipo de experiencias jugables casuales y sin sentido. Ponedle el juego a vuestra abuela y quizás pueda entretenerse media hora hasta que se de cuenta de lo mismo que vosotros, pero eso es todo.
JAJAJAJAJAJA gran analisis. me he reido en varias ocasiones leyendolo. Lo peor de un juego es que no tenga un objetivo o un final, y ese es el fallo mas comun en los juegos de movil. todos son asi, misioncilla que no llevan a ningun lado. Los hay mas divertidos que otros, mas entretenidos o incluso con una base jugable solida, pero en su mayoria no tienen nada util al final. como yo los llamo, matatiempos.
Necesito un objetivo final. Es que jugar una y otra vez para encontrarte lo mismo mientras coleccionas monedas es un coñazo. Sabes que no habrá sorpresas y no estás deseando llegar a cierto punto del juego porque habrá exactamente lo mismo que en el nivel anterior. Además es que mira que hay historias tontas y sin sentido por ahí, pues coño, si con cualquier cosa es suficiente. El KURU KURU KURURIN es un ejemplo de lo que hablo, pero si le quitas el final y llenas el juego de coleccioanables y objetivos tontos, pierde toda la gracia.